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El Arte del Jimador: El Corazón del Tequila y su Esencia Cultural






El Arte del Jimador: El Corazón del Tequila y su Esencia Cultural


Mientras el mundo debate sobre la sobreoferta del agave azul y los desafíos del tequila, en las zonas productoras las preocupaciones son distintas. Los jimadores, jornaleros del agave, enfrentan su propia realidad.

La Vida del Jimador: Tradición y Desafíos

Don Manuel Romero, un experimentado jimador, recuerda los tiempos en que su cuadrilla trabajaba toda la semana. “Ahorita no hemos jimado en un mes”, dice, mientras agradece el oficio aprendido de su padre y tío.

El oficio del jimador es un arte heredado de generación en generación, donde la jima se aprende desde temprana edad. “Desde que me enseñé me gustó, suda uno bien bonito”, comenta orgullosamente.

Espejismos Azules: El Impacto de la Demanda

Durante la pandemia, el precio del agave se disparó, atrayendo a nuevos inversionistas. Sin embargo, esto ha dejado un espejismo de bonanza, según Leobardo Padilla, académico e investigador sobre la calidad de vida de los jornaleros en Tequila.

El aumento de precios trajo consigo una oleada de nuevos trabajadores, muchos sin experiencia, que ahora han regresado a sus lugares de origen, dejando un vacío en el sector.

Un Valor Poco Reconocido: La Importancia del Jimador

El valor del jimador va más allá de la producción de tequila. Es un oficio que requiere años de formación y se transmite de generación en generación. “Son personajes totalmente capacitados para estas duras labores, que pocos tolerarían”, explica Padilla.

Las cuadrillas, a menudo compuestas por familias, mantienen viva esta tradición. “Vayamos donde vayamos, comenzamos a las 7am, paramos a las 9:15 para desayunar juntos”, cuenta Don Manuel.

Mirando al Futuro: La Nueva Generación de Jimadores

Las nuevas generaciones son fundamentales para mantener esta tradición. El hijo de Don Manuel, de 14 años, ya está aprendiendo el oficio mientras sigue con su educación escolar. “Este trabajo te da disciplina”, asegura.

Para jóvenes como Juan Diego Jesús Delgado, ser jimador es motivo de orgullo. A sus 21 años, valora la experiencia que se adquiere en el campo y el sentido de comunidad que se genera.

En la cadena de producción de tequila, los jimadores son un eslabón esencial, aportando arraigo a la historia tequilera que continuará contándose.