Las cárceles y la popularidad del presidente Nayib Bukele se han convertido en las principales atracciones de El Salvador a nivel mundial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha decidido subcontratar los servicios de Bukele para recluir a cientos de venezolanos asociados con la banda del Tren de Aragua, sin respetar el debido proceso y la legitimidad de las acusaciones.
Mientras tanto, la Secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem visitó recientemente el famoso Centro de Reclusión de Terroristas (Cecot) en El Salvador para grabar un video promocional.
Vestida con ropa casual y luciendo un reloj Rolex valorado en más de 50 mil dólares, Noem se mostró frente a una celda de tres pisos donde estaban recluidos venezolanos con tatuajes y cubrebocas.
Noem agradeció a Bukele por alojar a presuntos miembros de la banda Tren de Aragua, sin mencionar detalles del acuerdo de 20 mil dólares por cada recluido.
El mensaje de Noem: una advertencia para indocumentados en Estados Unidos, cuyo destino podría ser una celda del Cecot.
Bukele ahora es cliente de Trump, y su popularidad se refleja en encuestas que lo sitúan en más del 80% de aprobación.
Estas encuestas alimentan rasgos narcisistas en el mandatario, ocultando la realidad del país y centrándose en su imagen personal.
La visita de Noem puede parecer fútil, pero forma parte de las acciones de Trump para desmantelar la democracia estadounidense a través de campañas ideológicas y condicionando fondos federales.
Trump busca la reelección, utilizando medidas como las tomadas contra la Universidad de Columbia y Harvard, donde se cortaron fuentes culturales y académicas.
