Inició una campaña para erradicar los alimentos industrializados en las escuelas.
El gobierno de México lanzó una ofensiva contra la comida chatarra, buscando reducir el consumo de refrescos, papas fritas, chicharrones y dulces en las escuelas.
Estos productos son acusados de contribuir a que México figure entre los países con mayores tasas de obesidad infantil y adulta.
Las escuelas se convirtieron en “ambientes obesogénicos”, perpetuando malos hábitos alimenticios desde tempranas edades.
El objetivo es romper este ciclo, disminuir la obesidad y reducir el costo en salud pública.
Las empresas se resisten a ser estigmatizadas, argumentando que sus negocios generan empleos y benefician a los proveedores rurales.
Esta es la segunda iniciativa del gobierno mexicano contra los alimentos ultraprocesados. El primer intento, hace 14 años, no tuvo éxito por confiar en la voluntad de las empresas.
La nueva campaña entró en vigor el pasado 31 de marzo y promete sanciones administrativas para escuelas que incumplan, desde multas hasta suspensiones temporales.
Aunque existe escepticismo sobre la efectividad a largo plazo, la obesidad en México se ha vuelto una verdadera epidemia.
Contexto
- Presidenta Claudia Sheinbaum: Confía en que los programas sociales mantendrán el consumo.
- Cifras del INEGI: El consumo se estancó en enero y se prevé una caída de 0.1% en febrero, debido a la incertidumbre económica.
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