El debate sobre si el espíritu emprendedor es innato o se cultiva a través de la experiencia ha sido constante. Pero, ¿qué dice la realidad? En México, el camino para crear un negocio es arduo y requiere de una gran dosis de resiliencia. Según la Radiografía del Emprendimiento en México 2024, realizada por la Asociación de Emprendedores de México (Asem), cuatro de cada diez mexicanos que deciden emprender lo hacen por necesidad, mientras que el 26% busca aumentar sus ingresos y un 14% debido a la falta de empleo.
En el marco del Día Mundial del Emprendimiento, se destaca que el emprendimiento es una demostración de determinación y valentía. Sin embargo, no basta con tener una buena idea; es fundamental el esfuerzo constante, el aprendizaje continuo y la resiliencia para superar los desafíos que presenta el entorno empresarial.
¿Nacen o se hacen los emprendedores?
La realidad es que existen dos tipos de emprendedores: aquellos con una inclinación natural hacia el mundo empresarial, quienes desde la infancia muestran iniciativa y creatividad en la creación de proyectos –como vender pulseras o hacer artículos personalizados–, y aquellos que descubren su espíritu emprendedor más tarde en la vida, a menudo impulsados por circunstancias como un despido laboral que les obliga a buscar alternativas.
Pero la buena noticia es que las habilidades y herramientas para gestionar un proyecto y potenciar su crecimiento son, en gran medida, aprendibles y adaptables al mundo del emprendimiento. Según la Asem, el deseo de superación personal y profesional (26.9%) y la capacidad de identificar oportunidades de negocio (26.7%) son algunos de los motores que impulsan a las personas a emprender.
Juana Ramírez, presidenta del consejo directivo de la Asem, enfatiza que “algunas personas tienen una inclinación natural: son creativas, líderes e inquietas y no les gusta seguir el camino tradicional. Sin embargo, esto no garantiza el éxito. Por otro lado, hay quienes aprenden, se equivocan, se levantan y mejoran constantemente”.
Características más comunes de los emprendedores
Si bien no todas las personas poseen todas estas características, existen rasgos comunes que se observan en aquellos que logran mantener sus negocios a flote:
- Curiosidad insaciable: Los emprendedores siempre preguntan, cuestionan y observan cómo funcionan las cosas y cómo podrían funcionar mejor. Buscan constantemente nuevas ideas y formas de mejorar sus productos o servicios.
- Pasión a toda prueba: Emprender es un camino lleno de altibajos. Sin pasión y entusiasmo, nadie aguanta el viaje a largo plazo. La motivación intrínseca es fundamental para superar los momentos difíciles.
- Capacidad de adaptación: Los emprendedores exitosos son como el agua: se ajustan a los cambios y desafíos sin perder su esencia. Son flexibles y están dispuestos a modificar sus planes cuando sea necesario.
- Resiliencia: Los emprendedores se caen, se levantan, se vuelven a caer y se levantan otra vez. Ven el fracaso como parte del proceso de aprendizaje y no se rinden fácilmente.
- Empatía: Saber ponerse en los zapatos del otro es clave para entender las necesidades de los clientes y construir soluciones reales que satisfagan sus demandas. La empatía fomenta relaciones duraderas con los clientes y colaboradores.
A pesar de que una persona pueda poseer todas estas características, el entorno en el que opera también juega un papel fundamental. Según la Asem, solo el 51.2% de los emprendedores en México vive de su negocio; el resto depende de otros ingresos para complementar sus finanzas.