a woman with a weird face and a tie on her head, posing for a picture in a black and white photo, El

Web Editor

Rosario Castellanos: 100 Años de una Voz Indígena y Feminista

Un Siglo de Poesía, Prosa y Compromiso Social

El próximo día se conmemora el Día Mundial del Libro, y una figura fundamental de la literatura mexicana, Rosario Castellanos, cumple cien años de nacimiento. Su legado, profundamente arraigado en su tierra chiapaneca y marcado por un compromiso social y feminista, continúa resonando con fuerza. Nacida en Comitán, Chiapas, en 1925, Castellanos fue hija de una familia que, por razones de trabajo, se encontraba en la Ciudad de México. Su infancia estuvo marcada por el contraste entre la vida urbana y las raíces indígenas de su pueblo, un factor que influiría enormemente en su obra.

Su camino hacia la escritura comenzó con estudios de Derecho en la UNAM, pero pronto se orientó hacia la Filosofía y Letras. Fue en este ambiente académico donde desarrolló su estilo propio, caracterizado por la intensidad emocional y la denuncia social. Su obra no se limitó a la poesía, sino que abarcó la narrativa y el ensayo, siempre con una mirada crítica hacia las injusticias y los problemas de su país.

Un Compromiso con la Cultura Indígena y el Feminismo

La obra de Castellanos se distingue por su profunda conexión con la cultura indígena chiapaneca. Su identidad como comiteca fue un motor constante en su escritura, inspirando poemas y obras que rescataban las tradiciones, la cosmovisión y la lucha de su pueblo. Su obra no fue solo una celebración de su herencia, sino también una denuncia de la marginación y la opresión a las que han sido sometidos los pueblos originarios.

Su compromiso con el feminismo también fue una constante. En 1974, publicó “Mujer que sabe latín”, un libro que revolucionó el pensamiento feminista en México. Este texto, comparado con “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir y “La habitación propia” de Virginia Woolf, abrió nuevos caminos para el feminismo en Latinoamérica, abordando la condición femenina desde una perspectiva indígena y resaltando la importancia de la educación y la autonomía de las mujeres.

“Mujer que sabe latín” no solo expuso las desigualdades y la violencia sufridas por las mujeres, sino que también propugó por una nueva ética de género, basada en el respeto, la igualdad y la justicia. El libro generó un debate profundo sobre las estructuras de poder que perpetuaban la opresión y la discriminación.

Un Legado de Poesía y Desesperación

Rosario Castellanos fue una figura reconocida a nivel nacional e internacional, ganadora de numerosos premios y becas. Creía firmemente en el poder de las palabras como herramienta para alcanzar la permanencia en un mundo en constante cambio. Sin embargo, a pesar de su reconocimiento y prestigio, experimentó momentos de profunda crisis personal y religiosa, que culminaron en una sensación de desesperanza ante la realidad del país y su propia existencia.

“A Dios, lo he perdido —confesó en una célebre entrevista— y no lo encuentro ni en la oración ni en la blasfemia, ni en el ascetismo ni en la sensualidad”. Esta profunda desolación, junto con la percepción de una inminente desaparición, la llevó a cuestionar su propia fe y a enfrentar el final de su vida con una mezcla de resignación y angustia. Su obra, incluso en sus momentos más oscuros, refleja esta lucha interna y la búsqueda de sentido en un mundo lleno de injusticias.

Un Poema para Recordarla

En honor a este centenario, les compartimos un poema de la propia Rosario Castellanos:

Ser de río sin peces, esto he sido.
Y revestida voy de espuma y hielo.
Ahogado y roto llevo todo el cielo
y el árbol se me entrega malherido.

A dos orillas del dolor uncido
va mi caudal a un mar de desconsuelo.
La garza de su estero es alto vuelo
y adiós y breve sol desvanecido.

Para morir sin canto, ciego, avanza
mordido de vacío y de añoranza.

Ay, pero a veces hondo y sosegado
se detiene bajo una sombra pura.
Se detiene y recibe la hermosura
con un leve temblor maravillado.

Este poema, como toda su obra, es un testimonio de la fuerza y la profundidad de una voz que nunca dejó de alzar la bandera de la justicia, la igualdad y el respeto por la cultura indígena.