a collage of pictures of people in different places including a pope and a church with smoke coming

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El Cónclave: Un Proceso Solemne para Elegir al Nuevo Papa

El Cónclave es uno de los procesos más solemnes y tradicionales dentro de la Iglesia Católica. Se trata del mecanismo por el cual los cardenales, miembros de la más alta jerarquía religiosa, eligen al nuevo Sumo Pontífice. Este proceso se ha llevado a cabo a lo largo de la historia de la Iglesia, y actualmente se está desarrollando tras el fallecimiento del Papa Francisco, marcando un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia. La relevancia de este evento radica en que el Papa es el líder espiritual de más de 1.3 mil millones de católicos alrededor del mundo, y su elección tiene un impacto profundo en la dirección moral y espiritual de la fe católica.

El Inicio del Cónclave

El proceso comienza con una misa solemne llamada “Pro eligendo Pontifice”, celebrada en la Basílica de San Pedro. Esta misa es un preludio al Cónclave, una oportunidad para la oración y la reflexión de los cardenales. Solo aquellos cardenales que tengan menos de 80 años son elegibles para participar en las votaciones. La ceremonia es un acto de profunda tradición, que simboliza el inicio del proceso de selección y la invocación a la guía divina.

Tras la misa, los cardenales se trasladan en procesión solemne hacia la Capilla Sixtina, donde se llevará a cabo el Cónclave. En este trayecto, entonan el himno “Veni, Creator Spiritus”, una pieza musical de origen latino que expresa la esperanza y la súplica a Dios por la elección del nuevo Papa. Una vez dentro de la Capilla Sixtina, los cardenales juran un secreto absoluto sobre todo lo que ocurra durante el proceso. Este compromiso de silencio es fundamental para garantizar la privacidad y evitar influencias externas.

Un momento clave del inicio es la expresión “Extra omnes!”, que significa “¡Fuera todos!”. Esta orden indica a todos los cardenales que no participan en las votaciones que abandonen la capilla. La Capilla Sixtina se sella para asegurar el aislamiento de los cardenales y evitar cualquier distracción o influencia externa.

Aislamiento Total

Durante todo el Cónclave, los cardenales son sometidos a un riguroso aislamiento. Se les prohíbe el uso de cualquier medio de comunicación, incluyendo teléfonos móviles, internet, radio o televisión. Además, duermen en la Casa Santa Marta, un refugio cercano a la Capilla Sixtina, donde son vigilados constantemente por personal de seguridad. Este aislamiento tiene como objetivo garantizar que los cardenales puedan concentrarse plenamente en el proceso de deliberación y evitar cualquier influencia externa que pueda afectar su decisión.

Las Votaciones

El proceso de votación puede durar desde unas pocas horas hasta varios días, dependiendo de la dinámica del debate y la búsqueda de un consenso. Se siguen una serie de etapas:

  1. Preparación del Escrutinio: Cada cardenal recibe una papeleta donde escribe el nombre del candidato que desea elegir.
  2. Primera Votación: En la primera votación del día, suele haber una sola ronda. En los días siguientes, se realizan hasta cuatro votaciones diarias – dos por la mañana y dos por la tarde.
  3. Conteo y Quema de Papeletas: Para que un candidato sea elegido, se requiere una mayoría de dos tercios de los votos. Si no se alcanza esta mayoría en una votación, las papeletas se queman con sustancias químicas que generan humo negro. Cuando se alcanza la mayoría requerida, las papeletas se queman con productos que producen humo blanco, anunciando el nombre del nuevo Papa.

Aceptación y Elección del Nombre

Una vez que un candidato alcanza la mayoría necesaria, el cardenal decano pregunta al elegido: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”. Si el candidato acepta, se le pregunta: “¿Cómo deseas llamarte?”, y el nuevo Papa elige su nombre pontífico. Este nombre es una elección personal que refleja la identidad y el legado que el Papa desea dejar a su pontificado.

Cambio de Vestidura

El nuevo Papa es conducido a la “Sala de las Lágrimas”, donde se le entrega la sotana blanca, el atuendo oficial del Papa. Este cambio de vestidura simboliza el inicio de su pontificado y la renuncia a cualquier posesión personal en favor del servicio a la Iglesia.

“Habemus Papam!”

El cardenal protodiácono anuncia desde el balcón de la Basílica de San Pedro: “Habemus Papam!” (¡Tenemos Papa!), anunciando el nombre de pila y el nuevo nombre papal del recién elegido. El nuevo pontífice aparece en el balcón, saluda a la multitud y da su primera bendición: Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), una bendición que se extiende a todos los fieles de todo el planeta.