La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado un proyecto de ley que busca cambiar el nombre oficial del Golfo de México por “Golfo de América“. Aunque la aprobación es, en gran medida, simbólica y con pocas posibilidades reales de ser implementada a largo plazo, este movimiento ha desatado un debate político y simbólico con implicaciones que van más allá de la simple nomenclatura geográfica.
El Origen del Cambio
La iniciativa, impulsada por la congresista Marjorie Taylor Greene, una representante conocida por sus posturas conservadoras y cercana al expresidente Donald Trump, busca evitar que un futuro presidente demócrata pueda revocar el decreto original de Trump. El proyecto fue aprobado con 211 votos a favor y 206 en contra, incluyendo el voto del congresista republicano Don Bacon, quien calificó la propuesta como “infantil”.
El Contexto Político y Simbólico
El cambio de nombre se produce en un contexto político polarizado, donde la administración Trump había tomado medidas similares para redefinir nombres geográficos y símbolos asociados con Estados Unidos. La motivación detrás del cambio, según la congresista Greene, es preservar la identidad estadounidense y evitar que se utilicen nombres de otros países en el territorio nacional.
Reacción y Oposición
La iniciativa ha encontrado una fuerte oposición por parte del partido demócrata. El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, calificó el proyecto como “ridículo” y expresó su voto en contra. Esta oposición se basa en la percepción de que el cambio es innecesario, simbólico y con un costo mínimo para el gobierno.
El Conflicto con Associated Press
El cambio de nombre no solo ha generado debate político, sino también una confrontación directa con la Associated Press (AP), una de las principales agencias de noticias en Estados Unidos. En febrero, la Casa Blanca y el avión presidencial “Air Force One” negaron el acceso a AP debido a su negativa a adoptar el nuevo nombre del Golfo. Un juez federal dictaminó en abril que esta decisión violaba la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión y de prensa.
La Respuesta Mexicana
El movimiento también ha provocado una respuesta irónica por parte de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. En referencia a los mapas históricos que muestran el territorio mexicano en el siglo XVII, sugirió llamar a Estados Unidos “América Mexicana”, resaltando la conexión histórica entre ambos países y cuestionando la narrativa de una identidad estadounidense puramente separada.
Costos y Logística
Si bien el proyecto de ley busca evitar un cambio costoso, se estima que la actualización de documentos y mapas gubernamentales podría costar menos de 500.000 dólares en cinco años. Además, las instituciones públicas como colegios y bibliotecas tendrían que asumir los gastos de actualizar sus propios materiales.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué se propone este cambio de nombre? Se busca preservar la identidad estadounidense y evitar el uso de nombres de otros países en territorio nacional.
- ¿Cuál es la oposición al proyecto? Principalmente del partido demócrata, quienes lo consideran innecesario y simbólico.
- ¿Qué agencia de noticias se opuso al cambio? Associated Press (AP), que fue excluida del acceso a la Casa Blanca y “Air Force One”.
- ¿Qué dijo un juez sobre la exclusión de AP? Que la decisión violaba la Primera Enmienda de la Constitución.
- ¿Cuánto se estima que costaría actualizar los documentos gubernamentales? Menos de 500.000 dólares en cinco años.
- ¿Qué sugirió la presidenta de México? Propuso llamar a Estados Unidos “América Mexicana”.