El Intento de Sheinbaum y la Urgente Necesidad de Apoyo a las Empresas
La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado su compromiso de reducir la jornada laboral en México a 40 horas semanales, marcando un cambio ambicioso que busca dignificar el trabajo y ofrecer más tiempo libre a los trabajadores. A diferencia de intentos anteriores, este gobierno ha asumido el control del proceso, con la Secretaría del Trabajo liderando los foros y convocando a los sectores involucrados. Sin embargo, la pregunta clave que persiste es: ¿cómo se acompañará al Estado a las empresas para que puedan cumplir con este cambio?
La Experiencia Chilena: Un Modelo de Éxito con Base en Acuerdos
En Chile, una reforma similar tardó seis años en materializarse. Su éxito se basó en tres pilares fundamentales: descanso efectivo, gradualidad con responsabilidad económica y diálogo social. El “40 horas” otorgado a empresas con buenas prácticas laborales no fue solo un reconocimiento simbólico, sino una puerta de entrada a políticas públicas que facilitaron el cumplimiento gradual de la ley. La tasa de informalidad en Chile disminuyó, la productividad no cayó y la ciudadanía respaldó ampliamente la medida.
El Desafío en México: 5 Millones de Empresas y la Falta de Incentivos
En México, el 72% de las personas ocupadas trabajan en empresas medianas, pequeñas o micro. Según la ENOE, más de un cuarto de las personas con un empleo subordinado laboran más de 48 horas semanales. Para muchas unidades productivas, recortar jornadas sin apoyo puede significar perder competitividad o informalizar más puestos. Se estima que durante los próximos años, las empresas tendrán que reducir dos horas por año sus jornadas para cumplir con el objetivo de llegar al 2030 con 40 horas semanales.
La Omisión en los Últimos Años: ¿Un Riesgo de Dilución o Incumplimiento?
El gobierno ha anunciado voluntad y gradualidad, pero sin esbozar ideas que hagan viable esa transición para las 5 millones de pymes y micronegocios que sostienen el empleo en el país. El riesgo de avanzar sin mecanismos de apoyo es doble: que la reforma se diluya en excepciones sectoriales o que termine incumpliendo de facto, especialmente en los márgenes de la economía formal. En el mejor de los casos, el resultado será desigual; en el peor, regresivo.
¿Qué se Necesita para que la Reforma Funcione?
- Incentivos a la inversión en tecnología: Para aumentar la productividad y permitir una reducción de jornadas sin afectar la competitividad.
- Apoyo a la capacitación del personal: Para que los trabajadores puedan adaptarse a nuevas formas de trabajo y realizar tareas más complejas en menos tiempo.
- Facilitar contrataciones formales: Para evitar la informalidad y garantizar el cumplimiento de las normas laborales.
- Esquemas fiscales diferenciados: Para recompensar a las empresas que invierten en la reducción de jornadas y en el bienestar de sus empleados.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Qué se entiende por “acompañamiento” al Estado a las empresas? Se refiere a la provisión de herramientas, incentivos y políticas que faciliten la implementación de la reducción de jornada laboral sin afectar negativamente la competitividad ni el empleo.
- ¿Por qué es importante considerar la informalidad? La alta tasa de informalidad en México dificulta la implementación de la reforma, ya que muchas empresas operan al margen de las regulaciones laborales y no tienen los recursos para invertir en la capacitación o la tecnología.
- ¿Por qué es fundamental el diálogo social? La reforma debe ser producto de un acuerdo entre gobierno, empresas y trabajadores para asegurar su legitimidad y viabilidad a largo plazo.
- ¿Qué pasa si no se ofrecen incentivos? Si las empresas no ven beneficios en la reducción de jornadas, es probable que continúen con las mismas prácticas laborales y que la reforma no logre su objetivo de mejorar las condiciones de trabajo.
