El Auge de las Moticletas y la Necesidad de una Nueva Enfoque
En México, el uso de motocicletas ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década, consolidándose como una opción de movilidad asequible, eficiente y ampliamente adoptada, sobre todo para labores de reparto. Esta creciente popularidad se debe a factores como el costo accesible, la facilidad de maniobrar en el tráfico y la necesidad de servicios de entrega rápidos. Sin embargo, este auge ha venido acompañado de un aumento preocupante en los siniestros viales que involucran a personas motociclistas, convirtiéndose en una crisis de seguridad vial cada vez más urgente.
Tan solo entre 2012 y 2022, el número de motocicletas registradas creció un impresionante 330%. Este aumento significativo, combinado con la realidad de que aproximadamente un tercio de las personas fallecidas en hechos de tránsito en el país pertenecen a este grupo, evidencia la necesidad imperante de repensar cómo se diseña y organiza el espacio vial en México. Ante esta situación, el World Resources Institute (WRI) México ha presentado un análisis exhaustivo y propone una estrategia fundamental: repensar el diseño de las calles y la infraestructura urbana desde una óptica de seguridad vial.
Las 5 Claves para una Infraestructura más Segura
El WRI México ha identificado cinco claves fundamentales que podrían transformar el entorno vial en uno más seguro para quienes se desplazan en motocicleta. Estas no son soluciones rápidas, sino un cambio de paradigma que requiere una planificación a largo plazo y la colaboración entre diferentes actores.
1. Gestión Efectiva de la Velocidad
La velocidad es, sin duda, el factor de riesgo más determinante en los accidentes fatales. Por ello, el WRI señala que es esencial establecer límites de velocidad acordes al tipo de vía y entorno. No se trata solo de bajar los límites, sino de diseñar calles que naturalmente reduzcan la velocidad del tránsito. Esto puede lograrse mediante el uso de medidas como la instalación de radares y operativos que garanticen el cumplimiento de los límites establecidos. Un diseño que pacifique el flujo vehicular no solo protege a motociclistas, sino también a peatones, ciclistas y demás usuarios vulnerables. El objetivo es crear un entorno donde la velocidad no sea una amenaza constante.
2. Planeación Urbana con Enfoque en Seguridad
Las zonas con alta densidad y uso comercial, al concentrar actividades, generan más puntos de conflicto vial. En ellas también se intensifica la circulación de motocicletas utilizadas en servicios de reparto, quienes a menudo deben maniobrar entre el tráfico vehicular. Para reducir riesgos, el WRI sugiere incluir criterios de pacificación del tránsito desde la planeación urbana. Esto implica considerar la densidad poblacional, el tipo de actividades económicas y las necesidades de movilidad de todos los usuarios. Además, se propone establecer horarios y zonas exclusivas para tareas de carga ligera, brindando mayor protección a quienes realizan estas labores. Esta estrategia busca evitar la congestión y las maniobras arriesgadas que suelen ocurrir en zonas de alta actividad.
3. Diseño Seguro de Intersecciones
El 50-70% de los choques que involucran motocicletas ocurren en intersecciones. Estos puntos críticos deben diseñarse para garantizar buena visibilidad, reducir velocidades y ser fácilmente comprensibles para todos los usuarios. En México, existen normas técnicas que regulan la geometría y señalización de las intersecciones, y su cumplimiento es obligatorio para mejorar la seguridad. Sin embargo, a menudo estas normas no se aplican de manera efectiva o se ignoran por falta de recursos y vigilancia. El WRI enfatiza la importancia de una correcta señalización, iluminación adecuada y diseños que faciliten el cruce seguro para todos los usuarios.
4. Revisión de Vías Rápidas y de Acceso Controlado
Las avenidas con carriles anchos y separaciones físicas suelen propiciar altas velocidades y maniobras riesgosas como el zigzagueo. El estudio advierte sobre el peligro en incorporaciones laterales, donde vehículos que frenan o aceleran de forma repentina se cruzan con motocicletas. Para mitigar este riesgo, se recomienda reducir el ancho de los carriles, mejorar señalización en zonas de incorporación y establecer límites claros en zonas de baja visibilidad. Es fundamental considerar la velocidad media vehicular y diseñar las incorporaciones para que los conductores puedan anticipar los movimientos de las motocicletas.
5. Calles Incluyentes y Diseño Centrado en las Personas
La seguridad para motociclistas se fortalece cuando las calles están pensadas para proteger a todos. Medidas como pasos peatonales seguros, banquetas ampliadas, mejor señalización, semáforos adecuados, reducción de anchos de vía y espacios dignos para transporte público y reparto de mercancías son claves. Estas intervenciones no solo salvan vidas, sino que también fomentan una convivencia más armónica entre diferentes formas de movilidad. Un diseño centrado en las personas implica considerar las necesidades de todos los usuarios, no solo de los vehículos más grandes o rápidos. Esto requiere una visión integral y la participación activa de las comunidades locales.
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