El Dilema de la Educación Superior en un País Dividido
Donald Trump ha sido objeto de fuertes críticas por su frecuente ataque a la Universidad de Harvard y otras instituciones educativas prestigiosas. Si bien la acusación oficial se basa en un presunto antisemitismo, la situación es mucho más compleja y refleja una profunda división dentro de la sociedad estadounidense. Más de 600 académicos de Harvard, muchos de ellos judíos, han denunciado estas acusaciones como absurdas. Pero la raíz del problema va más allá de las declaraciones públicas: se trata de una creciente brecha entre aquellos con diplomas universitarios y la población en general, un cliché político estadounidense que contiene una verdad inquietante sobre las tensiones sociales y culturales del país.
La Raíz del Populismo Trumpiano
El populismo de Donald Trump se nutre, en parte, de la creciente desconfianza hacia las universidades y sus graduados. Un amplio sector del electorado estadounidense se muestra cada vez más reacio a las instituciones educativas y sus graduados. Esta desconfianza no es nueva; se remonta a décadas de políticas que han exacerbado las desigualdades sociales y económicas. La acusación de que los partidarios de Trump, muchos de ellos sin educación universitaria, representan una “tropa de deplorables” – un término utilizado por Hillary Clinton para describir a los votantes que apoyaban a Trump – es solo una manifestación de esta tensión subyacente.
El Cliché de la Brecha Educativa
La idea de una brecha entre los “elegidos” con diplomas universitarios y el resto de la población es un cliché político estadounidense que ha persistido durante décadas. Sin embargo, este cliché no es simplemente una metáfora; refleja una realidad tangible: la creciente dificultad para que los individuos sin educación superior puedan ascender social y económicamente.
El Debate sobre el Mérito y la Justicia
Este fenómeno se relaciona con una cuestión filosófica central: ¿cómo y cuándo las personas merecen su destino en la vida, y si el mérito es un criterio válido para asignar honores y recompensas materiales? Las décadas de 1980 y 1990 vieron el surgimiento de una escuela de filósofos liberales, conocidos como los “igualitarios de la suerte”, que argumentaban que la justicia requiere distinguir entre las “circunstancias” y las “decisiones”. Las desigualdades de ingreso provenientes de las circunstancias deben ser contrarrestadas, ya que nadie puede ser culpado por haber nacido en la pobreza. Pero si heredas una fortuna y optas por dedicarte a los juegos de azar hasta que la pierdes, la sociedad no debería rescatarte de tu propia irresponsabilidad.
El Riesgo de la Arrogancia
Esta postura alineó a los liberales con las intuiciones morales de la clase media. Sin embargo, también contribuyó a crear otro problema: la arrogancia. Como sostiene el filósofo Michael Sandel, los ganadores tienden “a llenarse el pecho con su éxito, y a olvidar la buena fortuna que les ayudó en el camino”. Una vez que se tiene la arrogante convicción de que uno merece el diploma de Harvard, no será difícil convencerse de que los de abajo también se merecen su destino.
El Dilema del Liberal Contemporáneo
Este es el dilema del liberal contemporáneo: si expresa muy poca fe en el mérito, parece traicionar al sueño estadounidense; pero si expresa demasiada fe, parece traicionar a quienes el sueño estadounidense dejó atrás – entre ellos, los hombres blancos sin estudios universitarios que, sintiéndose menoscabados, terminaron votando por Trump–.
Soluciones y Desafíos
¿Hay alguna salida? ¿Podemos mantener nuestra fe en la educación como el método más certero de ascenso social y al mismo tiempo evitar la arrogancia de quienes tienen estudios superiores? Sí, siempre que estemos conscientes de que no se puede volver atrás: las soluciones no van a requerir menos fe en el mérito y la responsabilidad, sino más.
La Importancia de la Honestidad y la Humildad
Las universidades también tienen que tomar el mérito más en serio. Se puede acusar a Harvard, con razón, de ser demasiado woke, pero más grave es la acusación de que ha sido insuficientemente meritocrática. No es coincidencia que en las universidades más prestigiosas de Estados Unidos, los hijos del 1% más rico superen en número a quienes provienen del 50% de abajo de la distribución de ingresos. Esto se mantiene así debido a que en las admisiones se da preferencia a los hijos de los exalumnos y a los atletas que practican deportes de élite como el remo o el squash.
El Desafío de la Brecha entre los Trabajos
También debe desaparecer la absurda brecha que existe en el estatus de los empleos manuales y los de cuello y corbata. Y puede desaparecer porque no siempre fue así. Yo fui profesor de Harvard, y es larga la lista de los golpes de suerte que me permitieron llegar ahí. No decirlo sería violar el lema de Harvard: veritas, es decir, verdad.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué Trump ataca a Harvard? La acusación oficial es antisemitismo, pero muchos académicos de Harvard (muchos judíos) creen que la acusación es absurda.
- ¿Qué significa la “tropa de deplorables”? Es un término utilizado por Hillary Clinton para describir a los votantes que apoyaban a Trump.
- ¿Qué es el “igualitario de la suerte”? Una escuela de filósofos liberales que argumentaba que la justicia requiere distinguir entre las “circunstancias” y las “decisiones”.
- ¿Por qué es importante la honestidad? Ayuda a reducir la arrogancia y a reconocer los golpes de suerte que contribuyeron al éxito.
Traducción: Ana María Velasco
El autor Andrés Velasco, exministro de Hacienda de Chile, es Decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science.
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