El Desafío de la Consolidación en el Sistema de Salud Mexicano
Un Modelo en Transformación y sus Desafíos
El sistema de salud mexicano se encuentra en un momento crucial, con la consolidación del IMSS-Bienestar como uno de los proyectos más ambiciosos en décadas. Sin embargo, la pregunta clave no es si se ha logrado una consolidación real, sino si el proceso está encaminado hacia un sistema más robusto, eficiente y equitativo. Las reformas de salud a menudo fallan debido a una serie de obstáculos: diagnósticos incompletos, falta de financiamiento, conflictos entre niveles de gobierno, resistencia a los cambios y la posibilidad de promesas sin una base operativa sólida. En el caso del IMSS-Bienestar, aunque se ha avanzado considerablemente, la situación es más compleja que una simple reforma; se trata de una reorganización administrativa acelerada, impulsada desde el centro del poder, sin una transición efectiva y con escasa deliberación técnica.
El decreto de agosto de 2022 que creó el Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar marcó un punto de inflexión, estableciendo una nueva entidad con personalidad jurídica y el mandato de operar los servicios de salud para la población sin seguridad social. Sin embargo, este decreto representó más que un acto jurídico: fue una reafirmación de un modelo de centralización operativa, donde el gobierno federal asume lo que antes gestionaban los estados. La promesa de gratuidad, eficiencia y equidad es ambiciosa, pero la realidad del proceso ha sido diferente.
En 2025, el gobierno federal decretó la integración del programa IMSS-Bienestar al régimen ordinario del IMSS en 16 de los 19 estados. Esta decisión, si bien implica una expansión del alcance, no simplifica el mapa institucional; de hecho, añade una capa más de ambigüedad al superponer estructuras, contratos y narrativas. Lejos de un sistema integrado, se observa una fragmentación persistente.
La consolidación no se limita a la mera expansión de la cobertura o al aumento del número de centros de salud. Implica construir instituciones robustas, confiables y sostenibles. Esto requiere más que voluntad política: necesita normas claras, estructuras estables, financiamiento garantizado, profesionalización del personal, sistemas de información integrados y mecanismos de evaluación. Pero lo más importante es la legitimidad social, que se construye a través del reconocimiento y la confianza.
¿Qué se necesita para una Consolidación Real?
Más allá de la Infraestructura: Desafíos Clave
Si bien se han contratado personal y se han transferido miles de centros de salud, estos logros representan solo una fase inicial. La consolidación parcial y operativa no es suficiente; se requiere un andamiaje jurídico más sólido, una legislación que defina derechos y obligaciones con precisión, esquemas de financiamiento claros, mecanismos de corresponsabilidad y formas de participación. No basta con decretos o convenios estatales fragmentarios.
Además, la consolidación debe abordar los desafíos funcionales: el sistema debe operar con eficiencia, continuidad y calidad. Las personas deben recibir atención oportuna y resolutiva, los medicamentos deben estar disponibles, las referencias deben funcionar y el personal de salud debe trabajar en condiciones dignas y estables. Hasta ahora, no hay evidencia pública que respalde estos logros; no se han publicado evaluaciones externas ni se conoce el impacto en indicadores de salud. La satisfacción del usuario y la equidad en la atención son aspectos fundamentales que aún no se han logrado.
El sistema público de salud coexiste con un sistema privado que crece sin una estrategia clara, absorbiendo demanda insatisfecha y funcionando como escape para quienes pueden pagar. Esta competencia desregulada perpetúa una fragmentación desigual, donde el sector privado se expande sin un control adecuado.
Otro desafío crítico es el papel de los recursos humanos para la salud. Miles de trabajadoras y trabajadores han sido absorbidos en condiciones precarias, sin certeza laboral ni seguridad social plena. La “basificación” avanza lentamente y con tensiones entre niveles, instituciones y contratos. No se puede hablar de consolidación sin estabilidad para quienes sostienen el sistema desde abajo, ni reconocimiento profesional.
Finalmente, la dimensión política y social de la consolidación es fundamental. Un sistema de salud no se sostiene solo con infraestructura o personal; necesita confianza: de los pacientes, del personal y de la ciudadanía. Esta confianza se construye a través del cuidado, la respuesta y la rendición de cuentas.
¿Habrá una Consolidación Deseable en 2036?
El Pacto por la Salud
Cualquiera podría imaginar que, a catorce años de su creación, el IMSS-Bienestar dejaría de ser una promesa política para convertirse en una institución sólida, con reglas claras, financiamiento sostenido y legitimidad social. Sin embargo, para que esto suceda, se requieren varias condiciones:
* Que el “Cuidado Primordial de la Salud” sea el eje articulador del sistema, con equipos de salud estables, capacitados y arraigados en las comunidades.
* Que los estados dejen de ser meros ejecutores y participen de lleno en el diseño, evaluación y mejora continua del modelo.
* Sería deseable contar con un sistema único de información interoperable, y que las decisiones clínicas y de gestión estuviera sustentadas en datos y no solo en decretos.
* El sector privado, por su parte, estaría regulado e integrado como complemento, no como sustituto del sistema público.
Pero quizás el signo más claro de esta consolidación sería el más intangible: las personas acudirían al centro de salud no con resignación, sino con confianza. Porque sabrían que allí hay cuidado, continuidad, respuesta. Y porque el sistema, más que una estructura, sería una promesa cumplida.
*El autor es profesor Titular del Dpto. de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM y Profesor Emérito del Dpto. de Ciencias de la Medición de la Salud, Universidad de Washington.*
*Las opiniones vertidas en este artículo no representan la posición de las instituciones en donde trabaja el autor.*
*[email protected]; [email protected]; @DrRafaelLozano*