Introducción: La Relevancia de la Geoeconomía en el Siglo XXI
Hace algunos años, el comercio internacional era ampliamente visto como un bien universal: cuanto más libre, mejor. Preocuparse por los detalles de la política comercial era un nicho reservado a economistas obsesionados, y casi nadie (excepto grupos de intereses especiales) defendía el proteccionismo. Existían aranceles relativamente bajos, y los gobiernos buscaban atraer la inversión extranjera, viéndola como una forma de difundir la prosperidad. Todo eso ha cambiado.
El Resurgimiento de la Geoeconomía
Treinta y cinco años después de que el estratega militar Edward N. Luttwak acuñara el término “geoeconomía” para describir el encuentro entre la “lógica del conflicto” y la “gramática del comercio”, este concepto está de nuevo en boga. Existe un creciente consenso en muchos países de que la política comercial debe verse ante todo a través del lente de la geopolítica.
¿Por Qué las Estrategias Geoeconómicas Pueden Ser Ineficaces?
Como observó Luttwak, un conflicto geopolítico es (en el mejor de los casos) un juego de suma cero: lo que una parte gana, la otra lo pierde. En cambio, el comercio suele ser un juego en el que todos ganan, aunque Donald Trump sostiene con vehemencia que otros países están robando a Estados Unidos. Existe una tensión inevitable, y cualquier intento de usar herramientas económicas con fines geopolíticos chocará eventualmente con esta realidad.
Aranceles: Un Ejemplo de Ineficacia
Sin embargo, la mayoría de los políticos nunca llegan tan lejos. Trump, por ejemplo, sigue una estrategia arancelaria tan torpe que solo puede ser contraproducente. En ningún lugar es tan evidente como en su guerra comercial contra China.
El Caso de las Tierras Raras: Un Ejemplo Concreto
Debería ser obvio que en una guerra hay que tratar de causar más daño al enemigo que a uno mismo. Pero todas las simulaciones disponibles del impacto de los diversos escenarios arancelarios surgidos en los últimos meses muestran que Estados Unidos perderá más que China.
El Comercio de Metales de Tierras Raras
El comercio de tierras raras se realiza en dos formas. Cuando los comentaristas y los políticos lamentan que alrededor del 70% de la importación estadounidense de tierras raras procede de China, están hablando de metales con poco procesamiento. Pero la importación total estadounidense de esos metales sólo llega a 22 millones de dólares anuales, una parte insignificante del total de las importaciones estadounidenses.
El Comercio de Compuestos de Tierras Raras
Mucho más importante es el comercio de compuestos de tierras raras, más procesados y con mucho más valor agregado. Y aquí Estados Unidos mantiene un importante superávit, sobre todo con China. La exportación estadounidense de compuestos de tierras raras asciende a 355 millones de dólares (más del doble que los 161 millones de las importaciones) y casi el 90% se destina a China.
Limitaciones de las Restricciones al Suministro
No tiene nada de sorprendente. El sector industrial estadounidense es más bien pequeño y especializado, y está centrado en productos hipertecnológicos de nicho, de modo que no necesita grandes cantidades de compuestos de tierras raras. Es verdad que esos compuestos se usan en la fabricación de algunos equipos militares, por ejemplo aviones de combate. Un solo F‑35 requiere varios cientos de kilos de tierras raras. Pero la cantidad de aviones de ese tipo que se fabrican es pequeña.
El Problema de la Repetición de Restricciones
Muchos más compuestos de tierras raras se utilizan en la fabricación de teléfonos inteligentes y dispositivos similares, sobre todo en China. Si China limita la exportación de metales de tierras raras, que no valen mucho, pone en peligro el suministro de los compuestos de tierras raras que necesita su sector industrial. Tal vez sea uno de los motivos por los que la reacción del mercado ha sido moderada: aunque los precios de las tierras raras son muy variables (por ser un mercado muy reducido), apenas se han movido desde que China introdujo las normas sobre licencias de exportación. Sólo dos de estos elementos se han encarecido significativamente (un 30% desde enero de 2025); aun así, siguen por debajo del máximo que alcanzaron en 2022.
El Problema de la Repetición de Restricciones
Pero incluso si los precios se dispararan, el daño a la economía estadounidense sería limitado, ya que la importación de estos elementos apenas llega a unos veinte millones de dólares. Aunque los imanes permanentes sin tierras raras sean diez veces más caros, el costo para Estados Unidos sería 200 millones de dólares; un error de redondeo para una economía del tamaño de la estadounidense.
El Problema de la Repetición de Restricciones
Además, hay otro problema con estas herramientas geoeconómicas: por lo general, solo se pueden usar una vez. Frente a una restricción del suministro (mediante aranceles, licencias de exportación o cualquier otro mecanismo), los importadores no tardarán en adaptarse (por ejemplo, buscando otros proveedores o acumulando reservas), de modo que ulteriores restricciones no los afectarán.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué la geoeconomía está de nuevo en boga? Debido a un creciente consenso de que la política comercial debe verse ante todo a través del lente de la geopolítica.
- ¿Por qué las estrategias geoeconómicas pueden ser ineficaces? Porque los conflictos geopolíticos son juegos de suma cero, y el comercio suele ser un juego en el que todos ganan.
- ¿Por qué los aranceles pueden ser contraproducentes? Porque Estados Unidos pierde más que China en escenarios arancelarios.
- ¿Por qué las restricciones al suministro no son una solución a largo plazo? Porque los importadores se adaptan rápidamente a las restricciones, evitando así su impacto.
- ¿Por qué el comercio de metales de tierras raras es menos relevante? La importación total de estos metales es muy baja, y el comercio de compuestos de tierras raras (que son más valiosos) es mucho mayor.
Autor
Daniel Gros es el director del Institute for European Policymaking en la Universidad Bocconi.
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