La Situación Actual de la Infancia en México y sus Ciudades
Hablar de ciudad y vivienda en México implica también pensar en quienes menos se escuchan: niños, niñas y adolescentes. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), una urbe “amiga de la infancia es una ciudad adecuada para todas las personas”, pero la realidad dista mucho de este ideal. El acceso a una ciudad segura, saludable y con oportunidades para el desarrollo es un derecho fundamental que, lamentablemente, no se garantiza para todos los niños y adolescentes en México.
A nivel mundial, la situación es preocupante. En 2023, el Fondo advirtió que, más de la mitad (aproximadamente 46%) de la población mundial menor de 18 años vive en asentamientos precarios, sin acceso adecuado a servicios básicos ni condiciones habitacionales dignas. Dentro de México, este porcentaje es significativamente alto, reflejando las desigualdades sociales y económicas que persisten en nuestro país. La falta de acceso a una ciudad amigable para la infancia impacta directamente en su salud, educación y bienestar general.
En la Ciudad de México, la situación es particularmente compleja. Si bien la capital concentra una gran parte de la población del país, las infancias representan un 25% de la población total, aunque esta cifra podría ser aún mayor si se consideran los niños y adolescentes que diariamente transitan la ciudad en busca de oportunidades o simplemente como parte del flujo migratorio.
El problema fundamental radica en que esta población es a menudo invisibilizada y no se les consulta directamente sobre sus necesidades, aspiraciones y experiencias en la ciudad. Predominan dinámicas de adultismo y adultocentrismo, donde las decisiones urbanas se toman sin considerar las particularidades de la infancia y sus derechos.
“Es una población a la que no se le escucha, ni se le plantean preguntas sobre cómo viven en la ciudad”, subrayó Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (Cdhcm). Esta falta de consulta y participación activa perpetúa la exclusión y dificulta la creación de entornos urbanos realmente amigables para las nuevas generaciones.
Las niñas y niños en contextos de movilidad, por ejemplo, expresan que su felicidad y bienestar se vinculan estrechamente con la seguridad en las calles, el acceso a espacios públicos seguros y el poder permanecer unidos a su familia. Estos elementos son cruciales para su desarrollo emocional, social y cognitivo.
Invisibles en la Planeación Urbana
En palabras de Ramírez Hernández, el derecho a la ciudad para niños y adolescentes debe ir más allá de un simple eslogan. Implica garantizar espacios públicos de calidad, servicios básicos cercanos (como escuelas, centros de salud y transporte público accesible) y seguridad para crecer y desarrollarse plenamente. La planeación urbana no debe ser solo para los adultos, sino que debe considerar las necesidades y aspiraciones de las generaciones futuras.
“El derecho a la ciudad para este grupo poblacional tiene que ver con el espacio público, y considerar que son de atención prioritaria. La planeación de hoy es para lo que estas generaciones van a disfrutar, o no, en las ciudades a futuro”, añadió Ramírez Hernández. Es fundamental reconocer que la infancia no es una “versión pequeña” de la adultez, sino un grupo poblacional con necesidades y derechos específicos.
A pesar de las iniciativas existentes para hablar de infancias y adolescencias dentro de la planeación urbana, muchas se quedan en la superficie y no logran un impacto real. Existe una necesidad urgente de transformar las políticas públicas para que sean realmente inclusivas y respondan a las necesidades específicas de los niños y adolescentes.
Impulso para Ciudades Más Amigables
Ante este contexto, surgen propuestas que buscan transformar la realidad desde la raíz. Una de ellas es Urban95 Academy, un programa internacional que llegará a América Latina y el Caribe gracias a la colaboración entre el Centro para el Futuro de las Ciudades (CFC) del Tecnológico de Monterrey y Fundación FEMSA. Este programa busca brindar herramientas a funcionarios públicos para diseñar ciudades centradas en la primera infancia (0 a 5 años) y sus cuidadores.
Urban95 Academy, creado por la London School of Economics and Political Science (LSE) y la Fundación Van Leer, busca no sólo generar conocimiento sobre las necesidades de los niños pequeños, sino también ofrecer herramientas prácticas y estrategias para quienes toman decisiones en la planificación urbana.
Nélida Escobedo, profesora investigadora en Urbanismo Social y Ambiental del CFC, explicó que el programa es el resultado de más de cinco años de trabajo. “El objetivo es pensar integralmente la ciudad: no solo calles, parques y plazas, sino también servicios de proximidad como centros de salud, escuelas y mercados, que refuercen el tejido social en los barrios”, puntualizó Escobedo. Se busca crear entornos urbanos que promuevan la salud, el bienestar y el desarrollo de los niños.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Cuál es el porcentaje de niños y adolescentes en México que viven en condiciones precarias? Se estima que es significativamente alto, con un porcentaje considerable viviendo en asentamientos informales sin acceso a servicios básicos.
- ¿Por qué es importante considerar las necesidades específicas de la infancia en la planeación urbana? Porque los niños y adolescentes no son simplemente una versión reducida de los adultos; tienen necesidades y derechos particulares que deben ser atendidos.
- ¿Qué es Urban95 Academy? Es un programa internacional que busca capacitar a funcionarios públicos para diseñar ciudades centradas en la primera infancia, considerando servicios de proximidad y espacios que fomenten el desarrollo infantil.
- ¿Cómo se aborda la participación de los niños y adolescentes en el diseño urbano a través de Urban95 Academy? El programa promueve la participación activa de los niños y adolescentes, reconociendo su perspectiva y experiencia en el diseño de sus entornos urbanos.