El Choque de Estilos: Trump vs. Europa
BERKELEY – La guerra comercial del presidente estadounidense Donald Trump no se parece en nada a la Guerra de las Malvinas de la primera ministra británica Margaret Thatcher en 1982: un lado despliega una fuerza masiva y el otro se retira con el rabo entre las piernas. La situación actual plantea una pregunta fundamental: ¿está Europa mostrando debilidad ante la agresividad de Trump, o está adoptando una estrategia inteligente y ponderada? La respuesta no es sencilla y revela las profundas divisiones internas de la Unión Europea.
El Acuerdo con Estados Unidos: Un Compromiso Forzado
De los 57 países y territorios incluidos en la lista de Trump del “Día de la Liberación” de objetivos arancelarios “recíprocos”, solo tres -Brasil, Canadá y China- amenazan increíblemente con represalias contra Estados Unidos. Las Islas Heard y McDonald, habitadas únicamente por pingüinos, se mostraron comprensiblemente indiferentes. Pero resulta más que sorprendente que tantos otros se hayan quedado de brazos cruzados ante la agresión estadounidense, dadas las expectativas de represalias de ojo por ojo. La administración Trump afirma además que Europa importará más productos agrícolas y flexibilizará sus restricciones al comercio digital. A cambio, la UE no recibe prácticamente nada, solo la promesa de Estados Unidos de no imponer aranceles aún más altos, al menos por ahora. Además, el acuerdo mejora el acceso de los exportadores estadounidenses a los mercados europeos, mientras que los exportadores europeos se enfrentan a barreras adicionales en Estados Unidos. Von der Leyen celebra este acuerdo por poner fin a un prolongado período de incertidumbre arancelaria, aunque la duración de esta mayor certidumbre sigue siendo, en realidad, incierta.
La Debilidad Europea: Un Panorama Dividido
El resultado se considera ampliamente una señal de la debilidad de la UE, y esta opinión tiene bastante fundamento. La Comisión tuvo que negociar un acuerdo en nombre de 27 países con posturas diferentes sobre la agresividad con la que Europa debía responder. En Francia, hubo un apoyo considerable a la idea de que era importante plantar cara a un agresor. En Alemania, en cambio, la política fue moldeada por las industrias de la automoción y la maquinaria, desesperadas por mantener el acceso al mercado estadounidense en condiciones al menos no muy inferiores a las obtenidas por Japón, Corea del Sur y el Reino Unido. Estas diferencias dejaron a la Comisión con escaso margen de maniobra.
Más Allá de los Aranceles: Dependencia y Vulnerabilidades
Además, la UE sigue dependiendo de Estados Unidos para su armamento y necesita su ayuda para apoyar a Ucrania. Europa reconoce esta vulnerabilidad y busca fortalecer su defensa y capacidad geopolítica con independencia de Estados Unidos. Sin embargo, un progreso sustancial en esta dirección llevará años. Finalmente, al igual que otras economías que contemplan cómo responder, Europa se enfrenta a un problema de locura. Normalmente, el argumento más sólido para tomar represalias es disuadir nuevas agresiones. Un líder racional comprenderá que lanzar una guerra comercial, al igual que lanzar una guerra convencional, provocará un contraataque en el que su país sufrirá tanto como el de su oponente.
La Estrategia Europea: Evitar la Autodestrucción
Existe la opinión contraria de que Europa ha demostrado su sabiduría al evitar medidas autodestructivas. Responder a los aranceles con aranceles, especialmente cuando estos no tienen efecto disuasorio, es simplemente una forma de perjudicarse económicamente. El aumento de los precios de las importaciones alimenta la inflación y perjudica a los consumidores, y gravar los insumos importados, como lo hace Estados Unidos, encarece y reduce la eficiencia de la producción nacional. Al mismo tiempo, la menor competencia importadora fomenta la búsqueda de rentas: los productores nacionales presionarán para obtener concesiones arancelarias y realizarán contribuciones de campaña para obtenerlas. Europa ha demostrado su sabiduría al evitar medidas autodestructivas. Ahora debe dar seguimiento ratificando su tratado de libre comercio con el Mercosur, consolidando sus relaciones comerciales con China y renovando su compromiso con el sistema multilateral de comercio, independientemente de si Estados Unidos participa o no.
El Contexto Más Amplio: Distracciones y Vulnerabilidades
Otra cosa que la guerra comercial de Trump y la Guerra de las Malvinas de Thatcher tienen en común es su utilidad para distraer la atención de los problemas internos de sus instigadores: en el caso de Thatcher, la crisis del desempleo, y en el de Trump, las preguntas sobre el alcance de sus vínculos con el pedófilo convicto Jeffrey Epstein, quien se ahorcó mientras esperaba el juicio por cargos federales de tráfico sexual. La situación actual revela una vulnerabilidad fundamental: la dependencia de Europa en otros actores para su seguridad y defensa.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué Europa ha aceptado un acuerdo con Estados Unidos en lugar de imponer represalias?
- La UE ha tenido que negociar un acuerdo con 27 países, cada uno con diferentes prioridades y posturas sobre cómo responder a la agresividad de Trump.
- ¿Es esta situación una señal de debilidad o una estrategia inteligente?
- Existe un debate sobre si la UE está mostrando debilidad al aceptar el acuerdo, o si está adoptando una estrategia de evitar daños económicos y priorizar la estabilidad.
- ¿Qué factores dificultan una respuesta más agresiva por parte de Europa?
- La dependencia de Europa en Estados Unidos para armamento, la necesidad de apoyo a Ucrania y las divisiones internas dentro de la UE dificultan una respuesta unificada y contundente.
- ¿Qué papel juega la dependencia de Europa en otros actores?
- La dependencia de Europa en Estados Unidos para armamento, la necesidad de apoyo a Ucrania y las divisiones internas dentro de la UE dificultan una respuesta unificada y contundente.
Barry Eichengreen, profesor de Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de California, Berkeley, es autor, más recientemente, de *In Defense of Public Debt* (Oxford University Press, 2021).
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