La comercialización de vapeadores, cigarrillos electrónicos y calentadores de tabaco podría generar una recaudación fiscal estimada en alrededor de 6,941 millones de pesos en México, pero dado el esquema de regulación y prohibición, este potencial recaudatorio se está perdiendo.
Afirmó Jaime Sampere, profesor e investigador del Colegio de México (Colmex), quien destacó que este cálculo se basa en el valor estimado del mercado anual de cigarrillos electrónicos en el país, que asciende a 26,316 millones de pesos.
Renuncia a una recaudación de 7,000 millones de pesos
Enseguida estimó que esta potencial de recaudación (cercana a los 7,000 millones de pesos) equivaldría a aproximadamente 18% del presupuesto del programa Sembrando Vidas del 2024, el cual ascendió a 38,928 millones de pesos.
El consumo sigue siendo importante
Sampere considera que este mercado seguirá creciendo, pues en México hay un consumo importante de vapeadores. Solo 6% de las personas encuestadas sabe que los vapeadores, cigarrillos electrónicos y calentadores de tabaco no están a la venta en el país.
“Si este mercado no está en los cauces legales, entonces se va a ir a cauces ilegales en donde hay un problema de control de calidad y de quién adopta el cauce ilegal. Entonces ¿a quién le estamos entregando ese mercado que ahora podría ser legal?”, cuestionó.
Contra la prohibición
El investigador del Colmex se opone a la prohibición del consumo de vapeadores porque, a pesar de ella, el consumo sigue siendo importante. Además, esta medida impide establecer un control de calidad, no protege a los menores y se renuncia a una recaudación fiscal.
Prohibido desde enero de 2025
A pesar de la prohibición vigente desde el 18 de enero de 2025, la evidencia demuestra que el consumo de vapeadores existe y seguirá en aumento.
- En adolescentes: 2.6%
- En adultos: 1.5%
- Probó alguna vez un vapeador: cerca de cinco millones de personas
- Usa habitualmente un vapeador: aproximadamente 975,000 personas
Los especialistas sostienen que se debería regular este mercado para garantizar el control de calidad y del contenido de los líquidos vapeadores, prevenir el consumo por parte de menores y evitar que los no fumadores utilicen estos productos.