El Papel de Hacienda en la Implementación de Impuestos a Productos Perjudiciales para la Salud
He dedicado una considerable parte de mi carrera al estudio de los impuestos indirectos, participando activamente en la discusión y aplicación de reformas similares a las que hoy anunció la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través de la publicación del Paquete Económico 2026. Estos impuestos se dirigen a bienes que, si bien no son esenciales, pueden tener efectos negativos en la salud. Es importante utilizar un lenguaje preciso y evitar términos como “impuestos al pecado”, que se emplean en algunos países para describir un consumo excesivo y autoindulgente, a menudo asociado con símbolos religiosos. En el mundo desarrollado, estos impuestos no buscan prohibir productos, sino desincentivar su consumo excesivo cuando se ha demostrado que son adictivos y potencialmente dañinos para la salud. Se les conoce comúnmente como impuestos correctivos, especiales o específicos.
Estos impuestos suelen ser progresivos en su naturaleza, ya que a pesar de que podrían afectar los ingresos y gastos de las familias más vulnerables, las ganancias para la salud pública y la economía son significativas. El objetivo es modificar los hábitos de consumo tanto de las empresas productoras como de los consumidores.
El Desafío de Implementar Impuestos Saludables
El llamado a implementar impuestos especiales sobre bebidas saborizadas no es nuevo, pero después de una década de aplicación, era necesario reevaluar la situación y considerar cambios. Hacienda ha tomado esta iniciativa al denominarlos “saludables” y enviar una señal clara: la perspectiva de salud está entrando plenamente en la política tributaria.
Lograr que estos impuestos sean óptimos no es una tarea sencilla. Requiere un enfoque integral y coordinado, que vaya más allá de la mera recaudación fiscal. En primer lugar, deben acompañarse simultáneamente con políticas de prevención y tratamiento eficientes y eficaces. En segundo lugar, deben existir incentivos para que productores y consumidores modifiquen sus productos y hábitos de consumo hacia opciones más saludables.
Es fundamental reconocer que estos impuestos no son una solución mágica. La disponibilidad de bienes sustitutos puede ser limitada, y modificar hábitos arraigados es un desafío considerable. El principal reto que se presenta es precisamente este: superar la resistencia al cambio y asegurar que las políticas implementadas sean realmente efectivas.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Qué son los impuestos saludables? Son impuestos aplicados a productos que se consideran perjudiciales para la salud, como bebidas azucaradas y refrescos.
- ¿Cuál es el objetivo de estos impuestos? Desincentivar el consumo excesivo de estos productos y promover hábitos más saludables.
- ¿Por qué son progresivos? Si bien pueden afectar a los hogares de bajos ingresos, se espera que las ganancias para la salud pública y la economía sean significativas.
- ¿Qué se requiere para que estos impuestos sean efectivos? Políticas de prevención y tratamiento, junto con incentivos para productores y consumidores.
- ¿Son una solución mágica? No, ya que la disponibilidad de sustitutos puede ser limitada y cambiar hábitos arraigados es un desafío.
* Universidad de Georgetown, Washington, D.C.