Dos semanas después de que un decreto extinguió su mandato, empleados de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) siguen difundiendo informes comprometidos en el Plan de Trabajo 2025 del Mejoredu.
La justificación para esta acción es que aún no se ha concluido su proceso de extinción. Sin embargo, los trabajadores han enviado una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum oponiéndose a la fusión de la AEM con el Sistema Satelital Mexicano (MEXSAT) a través de su incorporación a la Dirección General Satelital de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones.
Argumentos en contra de la fusión
- Incompatibilidad institucional: La ley que creó la AEM sigue vigente. Los trabajadores argumentan que al menos el 70% de las obligaciones de la AEM no son compatibles ni están alineadas con la nueva entidad, que tiene un carácter operativo.
- Vacío institucional y fragmentación: La desaparición de la AEM genera un vacío institucional y una fragmentación en la gobernanza espacial de México, ya que tiene funciones sustantivas en materia de ciencia, tecnología, educación, divulgación y cooperación internacional.
- Debilitamiento institucional: La transición de la AEM a la nueva agencia digital ha sido endeble tanto técnica como sustantivamente, lo que ha arrojado un debilitamiento institucional.
Propuesta alternativa
Los empleados de la AEM proponen a Claudia Sheinbaum considerar la continuidad de la agencia como un organismo, con capacidad técnica y de gestión, reestructurado y sectorizado en la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI).
Según su análisis, aproximadamente el 80% de las funciones de la AEM son compatibles con la estructura y atribuciones de la SECIHTI, de acuerdo con la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (APF) y su Reglamento Interior.
Estado actual
La extinción de la AEM está “en activo”, por lo que el personal técnico y administrativo espera sus liquidaciones. Sin embargo, han sido emplazados por los administradores de la Agencia de Transformación Digital a tramitar voluntariamente sus renuncias.
Un grupo de empleados identificó su carta a Palacio Nacional “en pleno ejercicio de su libertad de expresión”, mientras que otros optaron por permanecer en el anonimato, pero comparten el mismo compromiso con el futuro del sector espacial mexicano.