El mundo de la Iglesia Católica lamenta la muerte del Papa Francisco, quien falleció este lunes a los 88 años. Su pontificado estuvo marcado por una profunda transformación y un enfoque en las “periferias” del mundo. Este documento explora algunas de las medidas más significativas que implementó durante su liderazgo, destacando sus esfuerzos por la reforma interna, la lucha contra el abuso sexual y una diplomacia centrada en la justicia social y el diálogo interreligioso.
Reformas Internas y Lucha contra el Abuso
El Papa Francisco asumió el liderazgo de la Iglesia con una visión clara: fortalecer el anuncio del Evangelio y la escucha de las comunidades locales. Esto se tradujo en una profunda reforma de la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia. Su objetivo era descentralizar el poder y dar más espacio a los laicos y a las mujeres, buscando una Iglesia más cercana a sus fieles.
Estas reformas no estuvieron exentas de críticas internas, pero se concretizaron con la entrada en vigor en 2022 de una nueva Constitución, que reorganizó los dicasterios (ministerios) y priorizó la evangelización. El pontífice también se enfocó en el oscuro sector de las finanzas del Vaticano, involucradas en escándalos. Para ello, creó el Secretariado para la Economía en 2014, implementando un marco de inversiones y medidas anticorrupción. Se ordenó el saneamiento del Banco del Vaticano, con el cierre de 5,000 cuentas.
Sin embargo, estos esfuerzos se vieron obstaculizados por la pandemia de Covid-19 y el caso Becciu, un escándalo que involucró al cardenal Theodore McCarrick. McCarrick fue juzgado por una operación inmobiliaria opaca de la Santa Sede, lo que puso de manifiesto las dificultades para erradicar la corrupción y el secreto dentro de la Iglesia. El caso, junto con otros escándalos similares en otras partes del mundo, evidenció la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas.
Lucha contra el Pederastia
Uno de los mayores desafíos que enfrentó Francisco fue la multiplicación de los escándalos por abuso sexual de menores dentro de la Iglesia. Desde Irlanda hasta Chile, pasando por Estados Unidos y otros países, estos casos revelaron una profunda crisis de confianza y la necesidad de un cambio cultural.
Tras los fracasos de una comisión internacional creada en 2014 y el polémico viaje a Chile en 2018, Francisco se disculpó públicamente por haber defendido erróneamente a un obispo. Además, multiplicó sus pedidos de disculpas a las víctimas y hasta las alojó en el Vaticano. En 2019, expulsó al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, declarado culpable por abuso sexual a menores. Este gesto representó una línea de “tolerancia cero” frente al delito, marcando un cambio significativo en la forma en que la Iglesia abordaba estos casos.
Para abordar el problema de manera más efectiva, Francisco creó una comisión para la protección de menores, que finalmente se integró a la Curia. En 2019, una cumbre sin precedentes celebrada en el Vaticano sobre la protección de menores dio lugar a una serie de medidas concretas, entre ellas la eliminación del secreto pontificio sobre esos delitos y la obligación para los religiosos de informar todo caso a su jerarquía, así como la creación de plataformas para la escucha en las diócesis de todo el mundo.
Diplomacia y “Periferias”
Durante su pontificado, Jorge Mario Bergoglio (como se le conocía antes de ser Papa) quiso visitar ante todo las “periferias” del mundo, especialmente los países marginados de Europa del Este, América Latina y África. Esta política se basaba en la creencia de que la Iglesia debía estar más cerca de los problemas y las necesidades de estos países.
El Papa latinoamericano fue un gran defensor del multilateralismo y denunció sin cesar la guerra y el comercio de armas. Se pronunció a favor del diálogo con todas las religiones, manteniendo una relación especial con el islam, sellada con una visita histórica a Irak en 2021. Logró un acuerdo inédito con el régimen comunista de China en 2018 sobre la espinosa cuestión del nombramiento de obispos.
La diplomacia de la Santa Sede trabajó para el acercamiento histórico entre Cuba y Estados Unidos en 2014 y apoyó el proceso de paz en Colombia. Además, la Iglesia que lideró Francisco se involucró en varios conflictos regionales de América Latina y África, abriendo canales y acercando a las partes y propició acuerdos en Venezuela, entre Nicaragua y Costa Rica y entre Haití y la República Dominicana.
En el caso de la guerra de Ucrania, que comenzó con la invasión rusa en febrero de 2022, no logró imponerse a una solución pacífica. Este conflicto también frenó el gradual acercamiento con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, con el que Francisco logró un encuentro histórico en 2016, el primero entre los líderes de las Iglesias de Oriente y Occidente desde el cisma de 1054.
Migraciones, Medio Ambiente y Justicia Social
Desde la isla italiana de Lampedusa, donde llegaban los migrantes que intentaban entrar a Europa, o en el campamento griego de Lesbos, en el mar Egeo, el Papa argentino defendió a los migrantes y pidió que fueran acogidos sin distinción ya que huyen de la guerra y la miseria.
En su encíclica “Laudato Si” (2015) reclamó una “revolución verde” y criticó el “uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto” a disposición en la Tierra además de reiterar su compromiso por la “ecología integral”.
En 2020, escribió una exhortación en defensa de la Amazonía tras consultar en el Vaticano a todos los líderes religiosos e indígenas de ese inmenso territorio, tras lo cual introdujo lo que llamó “el pecado ecológico”.
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