El Retorno del Proteccionismo y la Respuesta de la UE
En abril de 2024, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso imponer aranceles generalizados a casi todos los socios comerciales de su país. Esta medida provocó una caída del valor de los mercados bursátiles globales por más de 5 billones de dólares y despertó el temor a una recesión económica. A pesar de la pausa de 90 días anunciada para los aranceles, las represalias contra China continuaron, llevando a tasas de arancelización que superan el 100% en ambos lados. La administración Trump busca un resultado asimétrico, esperando que sus socios comerciales abran sus mercados, pero solo ofrecerían aranceles más bajos. La Unión Europea (UE) se encuentra en una posición clave para evitar que esta situación se convierta en una guerra comercial global.
El Contexto Histórico: La Ley Smoot-Hawley
Este no es el primer intento de Estados Unidos de adoptar políticas proteccionistas. En 1930, el Congreso estadounidense aprobó la Ley Smoot-Hawley, que aumentó las tasas arancelarias sobre una gran parte de las importaciones estadounidenses. Aunque el desempleo alcanzó tasas de dos dígitos tras el colapso de Wall Street en 1929, la competencia extranjera no fue la razón: a diferencia de hoy, Estados Unidos tenía un superávit comercial (que los aranceles no contribuirían a ampliar). Sin embargo, el sector agrícola estadounidense, asediado por la sobreproducción, exigía protección, al igual que algunos sectores industriales. Los nuevos aranceles resultaron ser perjudiciales para la economía y el sistema comercial globales, no tanto por su impacto directo (el comercio representaba menos del 5% del PIB estadounidense en aquel momento) sino por la reacción del resto del mundo.
El Comercio Global Actual
Hoy en día, el comercio es mucho más importante para la economía global que en los años 1930. Las importaciones representan alrededor del 14% del PIB en Estados Unidos, casi el 18% en China y más del 48% en la UE. En el caso de las exportaciones, esos porcentajes son de aproximadamente el 11%, el 20% y el 52%, respectivamente. En este contexto, las consecuencias económicas de una guerra arancelaria global podrían ser mucho mayores que en los años 1930.
La Respuesta de la UE: Pragmatismo vs. Ego
Si bien algunos países pequeños podrían verse obligados a ceder ante Estados Unidos, una gran potencia económica como la UE debería plantarle cara. Pero la respuesta europea debe guiarse por el pragmatismo, no por el ego. Después de todo, “plantar cara al agresor” no contribuiría en nada a aumentar la influencia geopolítica de Europa, y es poco probable que la administración Trump se deje impresionar por la grandilocuencia europea. Mientras tanto, los consumidores europeos pagarían las consecuencias.
Evitando la “Avalancha” de Importaciones Chinas
Los responsables de las políticas europeas también deben resistir la tentación de reaccionar ante la “avalancha” de productos chinos baratos que se desvían del mercado estadounidense hacia Europa. En la década de 1930, los esfuerzos por frenar el flujo de importaciones redirigidas desde Estados Unidos —ejemplificados por la Ley de Importaciones Anormales del Reino Unido de 1931— contribuyeron a transformar el proteccionismo estadounidense en una guerra comercial global. Un esfuerzo de la UE por limitar las importaciones chinas hoy en día sería aún más inoportuno, porque los exportadores europeos gozarán de una enorme ventaja arancelaria sobre sus competidores chinos en el mercado estadounidense, que asciende a más del 80% del total.
La Defensa del Comercio Global
En lugar de adoptar medidas cortoplacistas para proteger su mercado interno o incurrir en juegos de poder contraproducentes con Estados Unidos, la UE debería reunir a una coalición de países con ideas afines para defender el sistema de comercio global abierto y basado en reglas que Estados Unidos ha abandonado. Esto sería un verdadero liderazgo global.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué se propuso la Ley Smoot-Hawley? Para proteger al sector agrícola estadounidense y algunos sectores industriales, que sufrían de sobreproducción.
- ¿Cuál fue el impacto de la Ley Smoot-Hawley? Contribuyó a una contracción del comercio mundial y a un empeoramiento del clima geopolítico.
- ¿Por qué la UE debe evitar una guerra arancelaria? Porque las consecuencias económicas podrían ser mucho mayores que en los años 1930.
- ¿Por qué la UE debe priorizar el pragmatismo en lugar del ego? Porque “plantar cara al agresor” no aumentaría la influencia geopolítica de Europa.
- ¿Por qué es importante que la UE defienda el comercio global? Para mantener un sistema de comercio abierto y basado en reglas, que Estados Unidos ha abandonado.
El autor
Daniel Gros es director del Instituto de Política Europea de la Universidad Bocconi.
www.project-syndicate.org