La Memoria en Lienzos: Jóvenes Artistas Preservan la Historia de Hiroshima
Tras ochenta años, el recuerdo de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima sigue vivo a través del arte. Un grupo de adolescentes japoneses, alumnos del liceo Motomachi, se han propuesto transformar los testimonios de los supervivientes, conocidos como “hibakusha”, en obras de arte conmovedoras. Este proyecto busca transmitir la experiencia y el impacto de la catástrofe a las nuevas generaciones, preservando así un recuerdo vital.
Masaki Hironaka, con cinco años en ese momento, cruzó las ruinas de Hiroshima junto a su madre cuatro días después del bombardeo. Su recuerdo, junto con el de su padre – quien regresó gravemente quemado y murió poco después – se ha convertido en una de las obras representadas. La historia de Hironaka, y la de muchos otros supervivientes, se materializa en lienzos, capturando momentos cruciales y emociones profundas.
El proyecto del liceo Motomachi, iniciado en colaboración con el Museo del Memorial de la Paz de Hiroshima, ha dado vida a más de 200 obras de arte. Los alumnos se dedican a escuchar atentamente las historias de los “hibakusha”, buscando capturar la esencia de sus experiencias y transformarlas en representaciones visuales. Este esfuerzo se realiza con una profunda sensibilidad, reconociendo el trauma y la carga emocional que representa este evento histórico.
La tarea de los jóvenes artistas no es fácil. Muchos recurren a documentos históricos y a su propia imaginación para recrear escenas que, de otro modo, serían imposibles de recordar con precisión. La representación de la devastación – como las quemaduras profundas y la apariencia física de los supervivientes – puede ser emocionalmente agotadora, pero también es una oportunidad para comprender y honrar la experiencia de aquellos que vivieron este evento.
“Antes de participar en este proyecto, las consecuencias de la bomba atómica me parecían siempre lejanas, incluso siendo originaria de Hiroshima”, comparte Hana Takasago, una de las estudiantes involucradas. “Pero después de escuchar la historia de Hironaka, “no puedo quedarme como una simple espectadora””, explica. Este proyecto no solo produce arte, sino también un profundo entendimiento y respeto por la historia de Hiroshima.
La iniciativa se ha convertido en una especie de carrera contra el tiempo, ya que la generación de “hibakusha” – supervivientes de la bomba atómica – está disminuyendo rápidamente. Actualmente, quedan alrededor de 100,000 supervivientes, y los jóvenes artistas se han convertido en portadores de la memoria, asegurando que sus historias no sean olvidadas. El proyecto se ha convertido en una oportunidad para conectar a las generaciones, fomentando el diálogo y la comprensión entre los jóvenes y los supervivientes.
“Somos probablemente la última generación en tener la oportunidad de escuchar las experiencias de los ‘hibakusha’ en persona”, dice Aoi Fukumoto, otro estudiante participante. Este sentido de urgencia impulsa a los jóvenes artistas a escuchar atentamente, a comprender las historias y a traducirlas en arte.

Foto: AFP
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Cuál es el objetivo principal de este proyecto artístico? Preservar la memoria y transmitir las experiencias de los supervivientes de la bomba atómica a las nuevas generaciones.
- ¿Cuántas obras de arte se han creado gracias a este proyecto? Más de 200.
- ¿Por qué es importante este proyecto? Porque la generación de “hibakusha” está disminuyendo, y es crucial que sus historias no sean olvidadas.
- ¿Qué desafíos enfrentan los jóvenes artistas? Representar la devastación y el trauma de la experiencia, a menudo recurriendo a documentos históricos y su propia imaginación.
- ¿Qué sienten los estudiantes sobre el proyecto? Un profundo entendimiento y respeto por la historia de Hiroshima, y una sensación de urgencia para escuchar las historias de los supervivientes.