¿Qué Provoca el Insomnio?
El insomnio, definido como la dificultad para conciliar o mantener el sueño, es un problema de salud común en las personas adultas mayores. No se limita simplemente al cansancio diario; de hecho, investigaciones recientes revelan que el insomnio está fuertemente vinculado con un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades físicas y mentales, incluyendo diabetes tipo 2, hipertensión arterial, deterioro cognitivo y, en casos más graves, Alzheimer.
El envejecimiento natural del cuerpo conlleva una serie de cambios físicos y metabólicos que pueden predisponer a este trastorno. Estos incluyen la pérdida de masa muscular, el aumento de grasa corporal y alteraciones en el metabolismo. Estos cambios físicos se combinan con factores relacionados al estilo de vida, como la alimentación (dieta poco saludable), la falta de actividad física regular, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y una calidad general del sueño deficiente.
Un estudio reciente analizó los metabolitos – pequeñas moléculas químicas que el cuerpo produce y utiliza – en adultos mayores que presentaban insomnio, deterioro cognitivo o ambos. Los resultados fueron reveladores: los individuos con insomnio mostraron niveles significativamente más altos de acilcarnitinas. Esta sustancia está asociada con inflamación crónica, diabetes tipo 2, obesidad y insuficiencia cardiaca. En contraste, los pacientes con deterioro cognitivo exhibieron niveles más bajos de acilcarnitinas, un cambio que se relaciona con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Los pacientes que presentaban tanto insomnio como deterioro cognitivo mostraron alteraciones en ambos grupos, aunque en direcciones opuestas.
La Dra. Zaira Romero López, titular de la Clínica del Sueño del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, destaca que los trastornos del sueño más comunes en adultos mayores incluyen insomnio, apnea obstructiva del sueño (interrupción de la respiración durante el sueño), problemas relacionados con el sueño REM (fase del sueño asociada a los sueños vívidos) y parálisis del sueño (incapacidad para moverse durante el sueño, acompañada de sensación de estar atrapado). Es fundamental abordar estos problemas de manera oportuna para prevenir daños a órganos y sistemas vitales.
Según datos recientes, casi el 30% de la población mexicana sufre insomnio. Esta cifra se incrementó hasta el 50% durante la pandemia de COVID-19, impulsada por factores como la ansiedad generalizada, el estrés y la depresión exacerbados por la situación sanitaria y las restricciones sociales. La Clínica del Sueño atiende semanalmente a aproximadamente 16 pacientes, provenientes de diversos niveles de atención médica.
El origen del insomnio puede estar relacionado con alteraciones anatómicas (como problemas en la estructura nasal que dificultan la respiración), sobrepeso, obesidad o problemas endocrinológicos que facilitan la apnea obstructiva. Además, se han identificado pesadillas frecuentes, parasomnias (conductas durante el sueño como caminar o hablar) y parálisis del sueño en algunos pacientes.
¿Qué Recomiendan los Expertos?
Los adultos mayores necesitan dormir entre 8 y 9 horas diarias. En la edad adulta mayor, se recomienda complementar con siestas cortas, ya que la profundidad del sueño nocturno tiende a disminuir con el envejecimiento. Un buen descanso mejora el ánimo, el rendimiento cognitivo y protege el cuerpo, el cerebro y previene enfermedades crónicas, preservando la calidad de vida en la vejez.
- Crear un ambiente adecuado en la habitación: Evitar dispositivos electrónicos (teléfonos, tabletas, televisores) que emiten luz azul y dificultan la relajación.
- Ventilación: Asegurar una buena circulación de aire en la habitación.
- Temperatura confortable: Mantener una temperatura agradable, ni demasiado caliente ni demasiado fría.
- Evitar ruidos y luces: Reducir al mínimo los ruidos molestos y las luces brillantes.
- Evitar cafeína o bebidas azucaradas en la tarde: Limitar el consumo de estos productos, especialmente por las tardes.
- Evitar ejercicio intenso dos horas antes de dormir: Optar por actividades físicas más suaves durante el día.
- Mantener horarios regulares de sueño: Intentar acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué es importante abordar el insomnio en adultos mayores? Porque está asociado con un mayor riesgo de enfermedades físicas (diabetes, hipertensión) y mentales (depresión, demencia).
- ¿Qué tipo de siestas son recomendables? Siestas cortas (20-30 minutos) y a primera hora de la tarde.
- ¿Qué debo hacer si tengo pesadillas frecuentes? Evaluar posibles causas (estrés, medicamentos) y considerar terapias para reducir su frecuencia.
- ¿Cómo puedo mejorar mi ambiente de sueño? Crear un espacio oscuro, tranquilo y fresco, libre de distracciones electrónicas.