El Papa Francisco y su Amor por la Cocina Argentina
Este domingo, el mundo se conmovió con el fallecimiento del Papa Francisco, un líder espiritual y social de gran relevancia. Pero más allá de su legado religioso, Jorge Mario Bergoglio dejó una huella profunda en la cultura popular y, sorprendentemente, también en el mundo de la gastronomía. Su vida estuvo marcada por una apreciación genuina y humilde hacia los sabores de su tierra natal, Argentina, que reflejaban una filosofía de vida basada en la sencillez y el compartir.
Un Papa con Paladar Argentino
La historia de Francisco como un amante de la cocina argentina es fascinante. Desde sus años como joven sacerdote en Buenos Aires hasta su papel como Sumo Pontífice en Roma, sus gustos culinarios permanecieron arraigados a las tradiciones de su infancia. No se trataba de lujos ni de extravagancias, sino de un disfrute consciente y conectado con las raíces. Su comida era un reflejo de su personalidad: honesta, accesible y profundamente humana.
Dulces y Sabores de la Argentina
El Papa Francisco tenía una predilección particular por los alfajores argentinos, especialmente los de la marca “El Nazareno”. Estos dulces, con su relleno de dulce de leche y masa de hojaldre, eran un regalo frecuente que recibía en sus visitas oficiales. Para Francisco, no eran un lujo, sino un sabor que evocaba recuerdos de la infancia y la hospitalidad argentina. El dulce de leche, en sus diversas presentaciones – desde el espeso y tradicional argentino hasta las versiones más modernas – era un ingrediente clave en muchos de sus platos favoritos. Lo disfrutaba untado en pan, como relleno de los alfajores, o simplemente saboreándolo solo.

ALFAJORES NAZARENO
Además de los dulces, el Papa Francisco apreciaba las empanadas argentinas, especialmente las rellenas de pepperoni o carne. Estas empanadas, con su masa y relleno sabroso, eran un símbolo de unión y hospitalidad en las reuniones familiares y sociales. Se decía que sus empanadas llevaban un toque especial, con huevo duro y especias que las hacían únicas.

Pizza a caballo
Un plato particularmente curioso que disfrutaba era la pizza a caballo, una combinación popular en el Río de la Plata. Consistía en una porción de pizza cubierta con una rebanada de fainá (un pan plano elaborado con harina de garbanzo) y coronada con un huevo frito. Era una muestra más del gusto de Francisco por lo auténtico, lo cotidiano y lo compartido.
Un Legado de Sencillez y Gratitud
Estos gustos personales fueron documentados en “La cocina del Vaticano”, un libro escrito por el chef David Geisser y miembros de la Guardia Suiza, quienes lo acompañaron durante su pontificado. El libro revelaba no solo las preferencias culinarias del Papa, sino también su filosofía: comer como un acto de humildad, de conexión con los demás y de gratitud por las cosas simples.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Qué tipo de dulces prefería el Papa Francisco? Alfajores, especialmente los de la marca “El Nazareno”.
- ¿Qué tipo de carne prefería? Colita de cuadril, un corte jugoso y triangular.
- ¿Qué plato era su favorito? La pizza a caballo, una combinación de fainá y huevo frito.
- ¿Cómo se describía su relación con la comida? Como un acto de humildad, conexión y gratitud.