La generación millennial, compuesta por individuos entre los 31 y los 43 años, se ha convertido en el principal motor del mercado de vivienda en América Latina. Sin embargo, a pesar de su poder adquisitivo y deseo de adquirir un hogar, enfrentan desafíos significativos que dificultan el acceso a la propiedad. Según datos de la proptech Best Place to Live y la consultora 4S Real Estate, más de la mitad (56%) de las transacciones de vivienda en 2024 fueron realizadas por millennials. La Generación X (de 45 a 60 años) representó el 29% de las ventas, mientras que los Baby Boomers y los Centennials completaron el 9% y el 5%, respectivamente. Esta tendencia subraya una realidad compleja en la que, a pesar del creciente interés de los jóvenes por la propiedad, las barreras para acceder a una vivienda son numerosas.
Tomás Cartagena, director general de Best Place to Live, señala que la falta de suelo disponible y las restricciones normativas en las ciudades son factores clave que limitan el acceso a la vivienda para aquellos con recursos más modestos. “El gran problema de América Latina es que el suelo de las ciudades se está encareciendo debido a restricciones normativas de los diferentes gobiernos locales y centrales, lo que disminuye la posibilidad de que personas con menores recursos puedan acceder a una casa, si no es a través de un subsidio”, explicó. Además, la empresa enfatiza la importancia de la tecnología como herramienta para reducir los costos y facilitar el acceso a la vivienda. “Se está avanzando en la industrialización de la vivienda, pero la tecnología es fundamental”, agregó Cartagena.
Experiencia de Compra: Un Desafío para los Millennials
Más allá del precio, la industria inmobiliaria enfrenta el desafío de comprender y atender las necesidades específicas de los millennials. Se estima que más del 50% de los potenciales compradores jóvenes han sido excluidos por las empresas inmobiliarias, quienes no saben cómo venderles. “Muchos consideran que los jóvenes compran menos bienes raíces, pero son las empresas las que complejizan las operaciones”, comentó Cartagena. Un estudio de satisfacción de clientes 2024 realizado por Best Place to Live reveló que seis de cada diez clientes inmobiliarios no recomendarían la empresa que les vendió su departamento, no por el producto en sí, sino por la experiencia de compra.
Nuevos Objetivos y Estrategias
Si bien la aspiración de tener un hogar propio sigue siendo una meta importante para muchos millennials, sus objetivos relacionados con la vivienda son cada vez más diversos. En 2024, el 68% de los compradores en América Latina adquirieron una vivienda como su hogar principal. El 24% buscaban un inmueble para inversión o arriendo, y el 8% lo consideraron como una casa vacacional. Esta diversidad de objetivos refleja un cambio en las prioridades y la búsqueda de soluciones creativas para alcanzar sus metas financieras.
Cartagena destaca una tendencia creciente entre los jóvenes latinoamericanos: la búsqueda de una jubilación a temprana edad. “Una parte de ellos apuestan por vivir con roomies (compañeros de piso) para ahorrar y luego comprar una casa o departamento como inversión”, explicó. Esta estrategia de ahorro compartido es un reflejo del deseo de los millennials por planificar su futuro financiero y alcanzar la independencia económica a través de la inversión inmobiliaria.
“Los que todavía no entienden a los millennials deben hacerlo ya. Muchas empresas de bienes raíces han mutado su modelo de ventas para ayudarlos a invertir, incluso hay centennials (jóvenes de 27 años) cotizando inmuebles, lo cual es muy inteligente para afianzar su futuro en una vivienda”, afirmó Cartagena. Esta adaptación a las nuevas generaciones y la oferta de soluciones personalizadas son cruciales para mantener el interés en el mercado inmobiliario.