a tractor plowing a field with a plow in the foreground and a man in the background, Federico Uribe,

Web Editor

Desafíos y Oportunidades en el Sector Agroindustrial Mexicano: Presupuesto, Geopolítica y Diversificación

El sector agroalimentario de México, un motor clave de la economía nacional, representando el 14.3% del Producto Interno Bruto (PIB) – equivalente a 5 billones de pesos – se encuentra actualmente en una encrucijada. Según análisis realizados por César Rafael Ocaña Romo, director de NexusAgronegocios, este sector se enfrenta a una serie de desafíos complejos que van más allá de las fluctuaciones del mercado y abarcan restricciones presupuestarias, tensiones geopolíticas crecientes y la necesidad de una política pública más efectiva.

Limitaciones Presupuestarias y Disparidad Territorial

A pesar de su importancia económica, el presupuesto federal asignado al sector primario – que incluye la agricultura y el desarrollo rural – es considerablemente limitado. El Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, que asciende a 9.1 billones de pesos, destina aproximadamente el 70% a gasto corriente, participaciones y pensiones. Esto deja solo un 25% para inversión real, lo que dificulta el desarrollo de infraestructura crucial, la promoción de la innovación y los estímulos productivos necesarios para el crecimiento sostenible del sector.

Además, existe una marcada disparidad territorial en la distribución de los recursos. El 40% del PIB agroalimentario se concentra en solo cuatro estados: Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y Nuevo León. Esto significa que las regiones agroexportadoras, a pesar de su competitividad, operan como “islas” en este contexto, con menor acceso a la inversión y la infraestructura.

Tensiones Geopolíticas en el Comercio Global

El sector agroindustrial mexicano se encuentra inmerso en las dinámicas de la nueva geopolítica global, donde la eficiencia comercial ha sido reemplazada por consideraciones de seguridad y acceso a recursos estratégicos. México enfrenta una serie de desafíos relacionados con el comercio internacional, incluyendo aranceles a productos como tomate, frutas y hortalizas, cierres sanitarios al ganado, suspensiones de exportación de aguacate debido a preocupaciones de seguridad y disputas sobre restricciones al maíz transgénico y glifosato. Estas medidas no son simplemente problemas comerciales, sino que a menudo se vinculan con temas de migración y la creciente prevalencia del fentanilo, creando un “paraguas de seguridad” que engloba una amplia gama de medidas arancelarias, migratorias y regulatorias.

La dinámica del comercio global ha evolucionado, priorizando la seguridad energética, los alimentos y la tecnología. Esto expone puntos de presión entre México y Estados Unidos, donde las relaciones comerciales se ven afectadas por la necesidad de garantizar el acceso a los mercados y la seguridad de las cadenas de suministro. El T-MEC (Acuerdo Estados Unidos – México – Canadá), con sus rigurosas reglas en materia laboral, ambiental, sanitaria y automotriz, exige una consistencia en el cumplimiento de estándares y la anticipación de riesgos para mantener la participación en las cadenas de suministro globales.

Diversificación y Riesgos Internos

Las reformas internas, particularmente en el ámbito judicial y electoral, también contribuyen a la complejidad de la situación. La incertidumbre generada por estas reformas eleva el riesgo y genera dudas sobre la independencia judicial, lo que a su vez impulsa a sectores productivos a diversificar sus inversiones en el extranjero, buscando mercados y entornos más estables.

El Agua: Una Variable Crítica

Un factor fundamental que amenaza la viabilidad del sector es la escasez de agua. Las sequías, cada vez más frecuentes e intensas, impactan negativamente la producción de granos, frutas y hortalizas, así como el ganado. La ausencia de una política pública integral para el sector agropecuario es un problema grave, tal como lo enfatiza Ocaña: “sin agua, no hay agro ni mercado posible”. La gestión del agua debe ser una prioridad nacional, con inversiones en infraestructura de riego, tecnologías de ahorro hídrico y políticas que promuevan el uso sostenible del recurso.

Ventajas Estratégicas y Potencial de Fortalecimiento

A pesar de estos desafíos, México posee una ventaja geográfica estratégica que le permite consolidar un portafolio agropecuario que complementa las ventanas productivas de Estados Unidos y Canadá. Esta situación ofrece una oportunidad para fortalecer la política pública en el campo, generar empleo y desarrollo económico. La cercanía con Estados Unidos y la experiencia exportadora mexicana pueden aprovecharse para satisfacer la demanda estadounidense de frutas y hortalizas, complementando con importaciones de granos. El sector tiene el potencial de seguir creciendo y contribuyendo significativamente al PIB nacional, siempre y cuando se aborden los desafíos actuales con políticas públicas inteligentes y una gestión sostenible de los recursos.

Preguntas y Respuestas Clave

  • ¿Cuál es el porcentaje del PIB mexicano que representa el sector agroalimentario? El sector agroalimentario representa el 14.3% del PIB nacional (equivalente a 5 billones de pesos).
  • ¿Qué porcentaje del Presupuesto de Egresos de la Federación se destina a inversión real en el sector primario? Aproximadamente el 25%.
  • ¿Cuáles son algunos de los desafíos geopolíticos que enfrenta el sector agroindustrial mexicano? Aranceles a productos, cierres sanitarios, suspensiones de exportaciones y disputas sobre regulaciones como el maíz transgénico.
  • ¿Cuál es la importancia del agua para el sector agropecuario? El agua es una variable crítica, y las sequías representan un riesgo significativo para la producción.
  • ¿Qué ventajas tiene México en el contexto del comercio internacional? Una ubicación geográfica estratégica que le permite complementar las ventanas productivas de EE. UU. y Canadá.