El Contexto de la Inestabilidad Global
El mundo se encuentra en un punto crítico, lidiando con las secuelas de pandemias globales y crisis económicas, además de la persistente inestabilidad en Europa. Ahora, se suma un nuevo frente de tensión: el reciente ataque sorpresa de Israel a instalaciones militares y nucleares en Irán. Este evento, que se considera el último capítulo de una serie de sucesos desestabilizadores en 2025, plantea una pregunta fundamental: ¿cómo este conflicto puede impactar los mercados energéticos globales y qué significa para países como México?
Irán: Un Actor Clave en el Escenario Energético
Irán no es simplemente un participante secundario en el complejo juego del petróleo. A pesar de las sanciones internacionales que limitan severamente su acceso al mercado petrolero formal, Teherán ha demostrado una notable habilidad para encontrar formas de mantener exportaciones significativas. De hecho, según datos de TankerTrackers, Irán actualmente exporta alrededor de 1.8 millones de barriles diarios, con la mayor parte destinada a China, y a precios considerablemente reducidos. Esta capacidad de ofrecer crudo a un costo menor permite a Beijing obtener ventajas estratégicas frente a sus competidores occidentales, fortaleciendo su posición manufacturera en un momento crucial de competencia global.
La Amenaza para el Estrecho de Ormuz
Sin embargo, la verdadera preocupación no reside únicamente en Irán, sino en la amenaza constante sobre el estrecho de Ormuz. Esta ruta marítima, que transita diariamente casi el 20% del petróleo mundial y un tercio del gas natural licuado (LNG), es, de hecho, el cuello de botella más crítico para los mercados energéticos globales. El control del estrecho representa una carta que Irán ya ha amenazado con jugar en múltiples ocasiones, lo que aumenta la posibilidad de una interrupción del suministro.
Posibles Consecuencias: Un Choque Energético Global
La mera posibilidad de un bloqueo del estrecho de Ormuz dispararía una crisis energética global inmediata. Estimaciones de Deutsche Bank sugieren que un bloqueo prolongado podría elevar el precio del petróleo fácilmente a 120 dólares por barril, generando un impacto inflacionario profundo y generalizado en las economías desarrolladas. China, particularmente dependiente de las rutas marítimas para obtener LNG proveniente de Catar e Irán, sufriría de inmediato un aumento significativo en sus costos energéticos. Aunque Arabia Saudita posee vías alternativas, como oleoductos hacia el mar Rojo, estas no son suficientes para compensar el volumen habitual del estrecho.
Implicaciones para México
¿Qué quiere decir esto para México?
- La incertidumbre creada por el conflicto seguirá afectando a todas las economías del mundo, lo que perpetuará la condición de estancamiento de la economía mexicana en el largo plazo. La inestabilidad geopolítica dificulta la inversión y el crecimiento económico sostenible.
- Fiscalmente, un aumento en el precio del crudo ya no representa una lluvia de recursos para el gobierno mexicano. La producción nacional es limitada (actualmente 1.42 millones de barriles diarios), mientras que el IEPS a combustibles (Impuesto Especial sobre Combustibles) es una fuente importante de ingresos para el gobierno.
- En enero, la producción de crudo fue de apenas 1.42 millones de barriles diarios. Esto significa que México depende en gran medida de las importaciones para cubrir su demanda interna.
- El IEPS a combustibles es cada vez más relevante para la recaudación. Si el precio del petróleo sube, también lo hará el precio de la gasolina y el diésel, lo que podría obligar al gobierno a considerar medidas como “gasolinazos” para mantener la estabilidad de los precios.
- Si el precio del petróleo sube, sube el precio de la gasolina, y, a menos que el gobierno quiera enfrentar otro “gasolinazo”, tendrá que absorber ese impacto a través de una reducción del IEPS a combustibles.
- En enero, la producción de crudo fue de apenas 1.42 millones de barriles diarios. Esto significa que México depende en gran medida de las importaciones para cubrir su demanda interna.
- El IEPS a combustibles es cada vez más relevante para la recaudación. Si el precio del petróleo sube, también lo hará el precio de la gasolina y el diésel, lo que podría obligar al gobierno a considerar medidas como “gasolinazos” para mantener la estabilidad de los precios.
- Si el precio del petróleo sube, sube el precio de la gasolina, y, a menos que el gobierno quiera enfrentar otro “gasolinazo”, tendrá que absorber ese impacto a través de una reducción del IEPS a combustibles.
- En enero, la producción de crudo fue de apenas 1.42 millones de barriles diarios. Esto significa que México depende en gran medida de las importaciones para cubrir su demanda interna.
- El IEPS a combustibles es cada vez más relevante para la recaudación. Si el precio del petróleo sube, también lo hará el precio de la gasolina y el diésel, lo que podría obligar al gobierno a considerar medidas como “gasolinazos” para mantener la estabilidad de los precios.
- En enero, la producción de crudo fue de apenas 1.42 millones de barriles diarios. Esto significa que México depende en gran medida de las importaciones para cubrir su demanda interna.
- El IEPS a combustibles es cada vez más relevante para la recaudación. Si el precio del petróleo sube, también lo hará el precio de la gasolina y el diésel, lo que podría obligar al gobierno a considerar medidas como “gasolinazos” para mantener la estabilidad de los precios.