La Semaglutida y el Desafío de una Nueva Era
Recientemente, mi consultorio fue visitado por una mujer con obesidad que traía consigo una caja de semaglutida (Ozempic, Wegovy), un medicamento que ayuda a regular el azúcar en la sangre y disminuye el apetito. La había adquirido sin receta médica, en una farmacia ubicada en un destino turístico de playa que ofrecía una amplia gama de tratamientos para la pérdida de peso, incluyendo anabólicos e inyecciones milagrosas. Su determinación era clara: emprender el camino de la pérdida de peso por su cuenta, aunque con una profunda duda: ¿podría afrontar el proceso sin el apoyo de un profesional médico?
Este simple gesto – sacar la caja del medicamento, con naturalidad – revela una realidad preocupante: estamos viviendo una nueva era en la que sustancias como la semaglutida se han convertido simultáneamente en un símbolo de esperanza y un reflejo de nuestras inseguridades colectivas. La búsqueda de la delgadez se ha convertido en una obsesión generalizada, impulsada por las presiones sociales y la cultura de la imagen.
Efectos Prometedores en el Tratamiento de la Obesidad
Los agonistas del receptor GLP-1, como la semaglutida, han revolucionado el tratamiento de la obesidad. Los estudios clínicos STEP demostraron que, en más de 3,500 participantes, se observó una pérdida de peso cercana al 15% en un periodo de 68 semanas (Wilding et al., New England Journal of Medicine, 2021). Estos resultados han generado un gran interés en su uso para el tratamiento de la obesidad.
En el ámbito de la salud mental, los datos son alentadores. Un metaanálisis publicado en Lancet eClinical Medicine (2024) concluyó que, en personas sin antecedentes psiquiátricos graves, la semaglutida no tuvo efectos negativos significativos sobre el estado de ánimo ni sobre la salud mental en general, en comparación con un placebo. Esto sugiere que, para algunos pacientes, la pérdida de peso puede estar asociada a una mejora en el bienestar psicológico.
Además, investigaciones han revelado beneficios indirectos relacionados con otras áreas de la salud. Un estudio de la Universidad de Minnesota reportó que el uso de agonistas GLP-1 redujo en un 33% el riesgo de ideación y conductas suicidas tras un año de tratamiento, en comparación con quienes solo recibieron intervención basada en cambios de estilo de vida. Otros estudios apuntan a beneficios potenciales en áreas como las adicciones, la función cognitiva y la reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzhéimer.
La Cara Oculta del Tratamiento: Advertencias y Preocupaciones
Sin embargo, la realidad es más compleja. Un estudio observacional con más de 16,000 pacientes encontró que los usuarios de agonistas GLP-1 presentaban casi el doble de riesgo de desarrollar algún trastorno psiquiátrico en los seis meses posteriores al inicio del tratamiento, con aumentos especialmente notorios en depresión, ansiedad e ideación suicida. Es importante destacar que este tipo de estudio no puede establecer una relación causal, pero sí sugiere que el impacto emocional del tratamiento podría variar según el contexto y el perfil del paciente.
En la base europea de farmacovigilancia EudraVigilance, el 1.2% de los reportes adversos relacionados con semaglutida, liraglutida y tirzepatida correspondieron a eventos psiquiátricos, principalmente depresión, ansiedad e ideación suicida. Aunque no todos estos fármacos pertenecen exactamente a la misma clase –las dos primeras son agonistas del receptor GLP-1; la tercera, un agonista dual GLP-1/GIP–, comparten efectos similares sobre el metabolismo y el sistema nervioso central. Algunos de los casos reportados tuvieron desenlaces fatales, lo que subraya la necesidad de una vigilancia continua y un manejo cuidadoso.
Además, surgen preguntas inquietantes: ¿estos fármacos reducen únicamente el deseo de comer, o también el placer de vivir? Algunos pacientes han reportado una forma de “embotamiento emocional”: sienten menos hambre, pero también menos disfrute en general. Esta pérdida de placer y conexión con el mundo podría tener un impacto significativo en la calidad de vida.
El Espejismo Social: Presiones y Obsesión con la Delgadez
Más allá de los laboratorios, los GLP-1 han vuelto a alimentar el fuego de una vieja obsesión: la delgadez. En redes sociales y medios, celebridades –como la tenista Serena Williams– los han utilizado para transformar su fisonomía, reforzando la narrativa de que el cuerpo ideal es, ante todo, un cuerpo delgado. Esta presión social para alcanzar un estándar de belleza poco realista puede ser perjudicial para la salud mental y el bienestar general.
Mientras tanto, en farmacias de México estas sustancias se venden a libre demanda, sin supervisión médica ni seguimiento clínico. Esta disponibilidad sin restricciones representa un riesgo sanitario considerable.
Un Enfoque Integral: Más Allá del Peso
Como psiquiatra integrativa, me preocupa que la conversación se reduzca a gramos y tallas. Estos medicamentos pueden ser aliados valiosos en ciertos casos, pero no sustituyen el acompañamiento médico ni, mucho menos, el cuidado integral. Es fundamental revisar la historia emocional del paciente, incluyendo antecedentes de depresión o ansiedad. Es necesario monitorear de forma continua el estado de ánimo durante el proceso, educando sobre expectativas realistas: la pérdida de peso suele revertirse al suspender la medicación. Complementar con una intervención profunda que incluya nutrición, ejercicio consciente, terapia psicológica, prácticas de regulación emocional y trabajo con la autoimagen.
La medicina moderna nos ofrece herramientas poderosas, pero no exentas de riesgo. La medicina integrativa, por su parte, nos recuerda que el peso no es solo biología: también es historia personal, autoestima y tejido social.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Es la semaglutida segura para todos? Si bien los estudios clínicos muestran beneficios en el control del peso, es crucial evaluar la historia de salud mental del paciente y monitorear cualquier cambio en el estado de ánimo.
- ¿Puede la semaglutida causar depresión? Si bien no hay evidencia directa de que cause depresión, existe un aumento en los reportes de eventos psiquiátricos asociados al tratamiento.
- ¿Qué debo hacer si mi paciente experimenta cambios de humor mientras toma semaglutida? Es fundamental una evaluación exhaustiva, ajustar la dosis o considerar otras opciones de tratamiento.
- ¿Cómo puedo ayudar a mi paciente a mantener una perspectiva saludable sobre el peso? Fomentar la autoaceptación, el bienestar general y una relación positiva con el cuerpo son clave.
Me encantaría conocer tus dudas o experiencias relacionadas con este tema. Sigamos dialogando; puedes escribirme a [email protected] o contactarme en Instagram en @dra.carmenamezcua.