Un Viaje a Través del Tiempo y los Documentos
El Archivo General de la Nación, un tesoro invaluable para comprender nuestra historia, ha recorrido un largo y sinuoso camino. Su origen se remonta a 1790, cuando el virrey segundo Conde de Revillagigedo solicitó al Ministerio de Gracia y Justicia de España la autorización para establecer el Archivo General de la Nueva España en el Palacio de Chapultepec. La intención era ordenar los archivos sumamente confusos, producto de la impericia o desorden en su colocación, y los volúmenes antiguos. El objetivo era preservar estos documentos antiguos y crear un lugar donde fuera fácil encontrar el documento necesario.
El Nacimiento y los Desafíos Iniciales
Si bien el lugar y los objetivos eran excelentes, el proyecto no se materializó de inmediato. Los documentos, que representaban la joya más preciada conquistada por la Corona española, fueron trasladados al Real Palacio Virreinal. Sin embargo, las cosas no estaban organizadas como se debía.
El Papel Fundamental de Lucas Alamán
Fue Lucas Alamán, un reconocido historiador y funcionario público (conocido como “ajonjolí” por su habilidad para reunir información), quien impulsó la inauguración del Archivo General y Público de la Nación el 23 de agosto de 1823. Aunque se continuó en el Palacio, ya no virreinal sino Nacional, las cosas seguían sin estar organizadas de la manera correcta.
El Esfuerzo Continuado en 1872
En 1872, Francisco P. Urquidi tomó las riendas del proyecto y se propuso clasificar 18,480 legajos, colocarlos en estantes, empacar 3,460 volúmenes, componer 19 mapas y clasificar 100 documentos, además de comenzar los índices de 4,678 volúmenes de los principales ramos y el del ramo de Vínculos. También se realizó el recuento, separación y avalúo de las obras de venta, separando y ordenando las obras reservadas para el uso del Supremo Gobierno, y se crearon 13 volúmenes de traslados de documentos antiguos deteriorados.
El Impacto de la Historia Mexicana
A pesar de los cambios políticos y sociales, como la Reforma y la Revolución, el Archivo continuó existiendo. En 1918, su colección de documentos fue renombrada como Archivo General de la Nación y dependió económicamente de la Secretaría de Gobernación. Algunos documentos se conservaron en la Iglesia de Guadalupe (conocida como “Casa Amarilla”).
El Archivo en la Penitenciaría de Lecumberri
En 1977, el archivo fue trasladado a la Penitenciaría de Lecumberri, inaugurada por Porfirio Díaz en 1900. Este edificio, conocido como el Palacio Negro por los trágicos eventos que ocurrieron en sus muros (como los asesinatos de Madero y Pino Suárez), se convirtió en el nuevo hogar del archivo.
La Preservación de un Monumento Histórico
A pesar de las discusiones sobre la posibilidad de destruir el edificio, se decidió preservarlo. Se llevó a cabo una importante remodelación que permitió reabrir el espacio para curiosos, estudiosos e interesados, el 27 de agosto de 1982.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Cuándo se solicitó la creación del Archivo General de la Nueva España? En 1790.
- ¿Dónde se ubicó inicialmente el Archivo? En el Palacio de Chapultepec.
- ¿Quién impulsó la inauguración del Archivo General y Público de la Nación? Lucas Alamán.
- ¿Dónde se ubicó el Archivo en 1977? En la Penitenciaría de Lecumberri.
- ¿Cuándo se reabrió el edificio de la Penitenciaría como sede del Archivo? El 27 de agosto de 1982.
- ¿Qué representa el Archivo General de la Nación? Un depósito cultural invaluable que conserva y salvaguarda nuestra historia y todos nuestros secretos.