El phishing, una forma sofisticada de fraude cibernético, se ha convertido en una amenaza digital cada vez más prevalente y costosa en México. En 2025, se estima que ha afectado a más de 13.5 millones de personas, un número alarmante que subraya la necesidad urgente de medidas preventivas y educativas.
El Impacto Económico del Phishing en México
Las cifras son impactantes. Se han registrado aproximadamente 6 millones de fraudes cibernéticos en México, lo que representa un incremento del 40% con respecto a 2018. Este aumento significativo se traduce en pérdidas económicas acumuladas que superan los 20,000 millones de pesos. En el caso específico del phishing, el monto promedio perdido por cada incidente es de 8,750 pesos, y un porcentaje considerable –alrededor del 23.1%– de las víctimas reportaron haber perdido dinero directamente.
Cómo Funciona el Phishing y las Vulnerabilidades
El phishing se basa en la manipulación psicológica para engañar a las víctimas y que revelen información confidencial. Los atacantes utilizan mensajes fraudulentos que imitan comunicaciones legítimas, como correos electrónicos que parecen provenir de bancos, empresas o instituciones gubernamentales. Estos mensajes suelen contener enlaces a páginas web falsas que se asemejan a las originales, donde los usuarios introducen sus datos personales –como contraseñas, números de tarjetas de crédito o información bancaria–.
- Los mensajes pueden simular cargos no reconocidos en las cuentas bancarias.
- Se utilizan correos electrónicos que solicitan información personal bajo falsas premisas de seguridad o urgencia.
- Se emplean mensajes que ofrecen premios, descuentos u otras ventajas para incitar a los usuarios a proporcionar datos.
Datos sobre las Víctimas y su Percepción de Riesgo
Un porcentaje significativo de la población mexicana ha sido víctima del phishing. Según The CIU, un tercio (34%) de los internautas ha recibido mensajes sospechosos solicitando información personal, y un de cada tres (1/3) reconoce a alguien que cayó en la trampa del phishing. De los afectados, un 61.5% perdió sus contraseñas, el 38.5% información privada (como direcciones o números de teléfono), y un 15.4% acceso a sus cuentas bancarias.
Lo más preocupante es que un de cada tres usuarios (30 millones) se siente poco o nada capaz de detectar y evitar un intento de phishing. Esto revela una vulnerabilidad generalizada, incluso entre aquellos que utilizan internet con frecuencia.
El Vacío Normativo y la Necesidad de una Respuesta Integral
A pesar de la magnitud del problema, México no cuenta con un marco normativo específico y robusto para hacer frente al phishing. La falta de tipificación penal clara, mecanismos eficaces de detección y prevención, y campañas de educación digital desde edades tempranas deja a la población vulnerable. Esto significa que las autoridades suelen estar inertes ante las denuncias, y las empresas no cuentan con herramientas adecuadas para proteger a sus clientes.
- Es fundamental establecer una legislación que incluya la prevención y la sanción del phishing.
- Se debe considerar el bloqueo de números identificados como SPAM.
- Es necesario implementar campañas de alfabetización digital para usuarios de todas las edades, especialmente a adultos mayores.
- Se requiere una coordinación activa entre reguladores, operadores de telecomunicaciones, instituciones financieras y empresas tecnológicas.
Conclusión
El phishing representa una amenaza estructural para la economía digital de México. La creciente conectividad del país no puede cimentarse sobre la desconfianza ni a costa del patrimonio de millones. Para lograr una economía digital sólida y segura, es imperativo abordar este problema con una respuesta integral y eficaz, que combine la prevención, la educación y la aplicación de medidas legales.