México vivió el pasado 1 de septiembre de 2025 un momento histórico con la instalación de la primera Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) elegida por voto popular, un hecho inédito en el mundo que abre una etapa marcada por simbolismos, cuestionamientos políticos y el reto de recuperar la confianza ciudadana en un sistema judicial que ha sido objeto de críticas por corrupción, impunidad y falta de transparencia. Este nuevo modelo judicial, implementado tras una reforma profunda, busca transformar la forma en que se elige a los jueces y cómo funciona el máximo tribunal del país. Sin embargo, su implementación no está exenta de desafíos y controversias.
Ceremonia con Carga Simbólica: Conexión con las Raíces y Tensiones Políticas
La jornada comenzó con un ritual indígena en el Zócalo capitalino, donde autoridades comunitarias entregaron a los nuevos ministros el “bastón de mando”, un símbolo ancestral que representa el poder legítimo y la conexión con los pueblos originarios. Este acto, cargado de significado cultural, buscaba honrar las raíces del país y reconocer la importancia de los pueblos indígenas en la construcción de México. La presencia de representantes comunitarios y el uso de lenguas originarias durante la ceremonia resaltaron la conexión entre el sistema judicial y las comunidades que históricamente han sido marginadas del poder.
Posteriormente, los nueve integrantes de la Corte se trasladaron al Senado para rendir protesta ante legisladores. La ceremonia, aunque formal, estuvo marcada por tensiones políticas. El partido oficialista Morena y sus aliados defendieron la elección como un paso necesario para “sanear” al poder judicial, al que acusan de estar capturado por intereses económicos y políticos. En contraparte, la oposición, representada principalmente por el PRI, se mostró escéptico y denunció irregularidades en el proceso de selección y posibles vínculos entre algunos jueces electos con el crimen organizado. La ausencia del PRI y la retirada de la bancada del PAN durante la protesta reflejaron las divisiones políticas existentes en torno a la reforma judicial.
Para cerrar el día, el ministro presidente, Hugo Aguilar Ortiz, jurista mixteco de Oaxaca, abrió de manera simbólica las puertas de la sede de la Corte en la calle de Pino Suárez, declarando que el tribunal estará “totalmente abierto” para la ciudadanía. Esta acción buscaba transmitir un mensaje de transparencia y cercanía con los ciudadanos, prometiendo que la Corte estaría disponible para escuchar sus inquietudes y defender la justicia.
Nuevos Miembros de la Corte: Perfiles y Duración en el Cargo
La SCJN está conformada ahora por nueve ministros y ministras, en lugar de once. Entre ellos figuran perfiles que ya ocupaban asiento en el tribunal y que optaron por someterse a la elección, como Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, quienes podrán extender su permanencia entre 15 y 17 años gracias a la regla especial que contempla la reforma judicial. Esta medida busca garantizar la continuidad de jueces con experiencia y conocimiento del sistema legal.
Junto a ellos llegan figuras de reciente elección, como Sara Herrerías, María Estela Ríos, Giovanni Figueroa, Irving Espinosa y Arístides Guerrero, además de Aguilar, quien encabezará la Corte al haber sido el candidato más votado. La duración de los cargos varía entre 8 y 17 años, lo que garantiza que este tribunal tenga continuidad en el largo plazo. Esta estructura busca evitar la politización y la rotación constante de jueces, promoviendo la estabilidad y la independencia judicial.

Corte Suprema 2025: ¿Cuánto duraría en su cargo cada nuevo ministro?
]]>Novedades en el Funcionamiento de la Corte: Cambios y Desafíos
La nueva Corte no solo se reduce en número de integrantes, también cambia su manera de operar. Se han implementado varias medidas para modernizar el sistema judicial y hacerlo más accesible a la ciudadanía:
- Sesiones itinerantes: podrá celebrar audiencias en distintas regiones del país, especialmente en comunidades indígenas y afromexicanas, en coordinación con autoridades locales.
- Prioridad a lo fiscal y penal: los ministros acordaron dar trámite preferente a estos temas, que concentran la mayoría de rezagos y delitos.
- Sistema automatizado: se implementará un modelo tecnológico para dar trazabilidad a los casos, con el fin de evitar discrecionalidad en la asignación de expedientes y garantizar la transparencia.
- Debate más ágil: el nuevo reglamento fija tiempos específicos para la exposición de proyectos y rondas de discusión, buscando una mayor eficiencia en los procesos judiciales.
Entre Esperanza y Desconfianza: Un Modelo en Prueba
El arranque de esta Suprema Corte se mueve entre dos narrativas. Por un lado, el discurso oficial que presenta la reforma como el inicio de una etapa de “legalidad y justicia para todos”, y por otro, las voces críticas que advierten sobre el riesgo de politización y captura del poder judicial por parte del gobierno. La baja participación en los comicios (solo 13% del padrón electoral) y las denuncias de irregularidades en el proceso de selección, así como los vínculos de algunos jueces electos con el crimen organizado, alimentan las dudas sobre la legitimidad del nuevo modelo judicial. La tarea de la nueva Corte será, por lo tanto, ardua y compleja: no solo deberá garantizar el funcionamiento eficiente del sistema judicial, sino también recuperar la confianza de los ciudadanos en la independencia y la imparcialidad del poder judicial.