El Conflicto por el “Proyecto Portero”
Las recientes tensiones entre el gobierno de México y la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, en torno al “Proyecto Portero”, revelan más que un simple desacuerdo técnico sobre seguridad. Según expertos, este episodio se ha convertido en una manifestación de diferencias ideológicas y narrativas entre ambos países, extendiéndose más allá de un debate puramente técnico.
El “Proyecto Portero”, que involucraba la entrega de drones por parte de Estados Unidos, generó una fuerte reacción en México, liderada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Esta reacción se interpretó como una defensa de la soberanía nacional y un rechazo a la influencia estadounidense en los asuntos internos del país. Sin embargo, los expertos señalan que el conflicto se ha politizado y que las diferencias ideológicas son un factor importante en la disputa.
El Estigma contra la DEA y la Necesidad de Cooperación Técnica
Alberto Guerrero Baena, investigador del Observatorio de la Guardia Nacional en Causa en Común, argumenta que “la seguridad no se ideologiza”. Él enfatiza la necesidad de un enfoque técnico y basado en datos para abordar los complejos desafíos del crimen organizado. El investigador señala que existe un estigma persistente contra la DEA, heredado del sexenio anterior, pero que México necesita una cooperación efectiva para combatir el crimen organizado.
Guerrero Baena propone la creación de un Centro Binacional de Inteligencia, con personal mixto de ambos países. Este centro permitiría el intercambio de información y la coordinación de operativos conjuntos, bajo una mesa directiva compartida. El objetivo sería superar las diferencias políticas y centrarse en soluciones técnicas y basadas en evidencia.
Diferentes Agendas: Política, Discurso Interno y Diplomacia
Carlos Rodríguez Ulloa, académico de la UNAM, explica que el episodio pone de manifiesto tres agendas distintas: la estadounidense, enfocada en enviar mensajes políticos a su electorado y a las agencias federales; la mexicana, que busca controlar el discurso interno bajo el principio de soberanía; y la diplomática, evidenciada en la reacción inmediata de la Embajada de Estados Unidos en México tras la aclaración de la presidenta Sheinbaum.
Rodríguez Ulloa destaca que, a pesar de las tensiones discursivas, se mantendrá el principio de que cada país opere dentro de su territorio. Una intervención unilateral de Estados Unidos en México sería “muy costosa” y poco necesaria, considerando la complejidad del problema.
Áreas Clave para una Cooperación Bilateral Reforzada
Los expertos consultados señalan que la cooperación debe ir más allá de las drogas, armas y lavado de dinero. Además de estos temas, se requiere abordar áreas estratégicas complementarias, como:
- Gestión conjunta de aduanas para frenar el tráfico ilícito y mejorar la seguridad fronteriza.
- Intercambio de inteligencia operativa y estratégica.
- Investigaciones conjuntas y operaciones coordinadas contra redes trasnacionales.
- Cooperación en control migratorio y combate a la trata de personas.
Tecnología como Punto Clave
Carlos Rodríguez Ulloa enfatiza que “un acuerdo tecnológico puede ser el punto clave de toda esta articulación”. La innovación y la tecnología son fundamentales para combatir las nuevas formas de delincuencia, que utilizan herramientas digitales para operar y expandir sus redes.
Preguntas y Respuestas Clave
- ¿Por qué existe tensión entre México y la DEA? La disputa se centra en el “Proyecto Portero” y refleja diferencias ideológicas y narrativas entre ambos países, además de un intento por parte del gobierno mexicano de mantener el control del discurso interno.
- ¿Es viable una cooperación más profunda con la DEA? Sí, los expertos coinciden en que es necesario un acuerdo que vaya más allá de las drogas y se centre en áreas estratégicas como la tecnología, el intercambio de inteligencia y la coordinación operativa.
- ¿Por qué es importante la cooperación tecnológica? La tecnología permite a las organizaciones criminales operar de manera más eficiente y global. Un acuerdo tecnológico puede ser la clave para combatir estas nuevas formas de delincuencia.
- ¿Por qué se opone México a la intervención estadounidense? El gobierno mexicano busca mantener el control del discurso interno y evitar que se considere que está cediendo ante la influencia estadounidense.