Sam Altman
Sam Altman, el actual CEO de OpenAI, ha vuelto a la junta directiva de la empresa tras una breve pero notoria destitución en 2023. Su liderazgo ha sido fundamental para el desarrollo de ChatGPT, una herramienta que ha revolucionado la forma en que interactuamos con la inteligencia artificial. OpenAI, bajo su dirección, ha recaudado más de 20 mil millones de dólares en inversiones, principalmente provenientes de Microsoft. Altman busca alcanzar la inteligencia artificial general (AGI), un nivel de capacidad cognitiva similar o superior al de los humanos. Su trabajo ha sido a la vez alabado por democratizar el acceso a la IA, pero también cuestionado por una aceleración en su desarrollo con un control limitado.
Mark Zuckerberg
Con LLaMA 4 y MetaAI, Mark Zuckerberg busca recuperar terreno perdido en el campo de la IA. En junio de 2024, Meta invirtió 14 mil millones de dólares en Scale AI y lanzó una ofensiva para atraer talento de OpenAI, Anthropic y Google. Aunque su modelo más reciente decepcionó inicialmente, Meta ahora apunta a construir una “superinteligencia” con un nuevo equipo enfocado en IA superior a la humana. Esta apuesta refleja una nueva estrategia para competir con el liderazgo actual en el desarrollo de IA.
Elon Musk
Desde xAI, Elon Musk impulsa Grok, su chatbot de IA integrado en la plataforma X. Si bien Grok ha sido objeto de críticas debido a información errónea y contradictoria en temas críticos, como conflictos internacionales, Musk mantiene su apuesta por la IA. Su estilo disruptivo, marcado por escándalos y sarcasmo, contrasta con la búsqueda de regulación y seguridad que adoptan otros actores del sector. Su enfoque en la innovación, aunque a veces controvertido, sigue siendo una fuerza importante en el desarrollo de la IA.
Jensen Huang
Al frente de NVIDIA, Jensen Huang lidera la empresa detrás de los chips más codiciados del mundo. Las GPU H100 son la columna vertebral de modelos de IA como ChatGPT, Gemini y Claude. Con una valoración cercana a los 4 billones de dólares, NVIDIA es el proveedor esencial en la nueva economía de la IA. Su tecnología permite que los modelos de IA sean más rápidos y eficientes, impulsando el avance del sector.
Satya Nadella
Microsoft es el inversor más importante de OpenAI, y su CEO, Satya Nadella, supó posicionar a la empresa como un puente entre la innovación y el negocio. Con Copilot integrado en Office, Windows y Azure, la firma ya genera más de 13 mil millones de dólares anuales en IA. Aunque su división de nube decepcionó a los analistas a finales de 2024, Nadella apuesta por la monetización sostenida de la IA en productividad y servicios. Su estrategia se centra en integrar la IA en las herramientas existentes para aumentar la eficiencia y la productividad de los usuarios.
Sundar Pichai
Desde Alphabet, Sundar Pichai comanda Gemini, la evolución de Bard, mientras DeepMind, su laboratorio de investigación, explora usos científicos de la IA en otros rubros como cáncer, matemáticas y energía. Con inversiones de 75 mil millones de dólares este año, Google ve la IA como una revolución tecnológica con implicaciones para toda la sociedad. Pichai defiende una visión humanista de la tecnología, pero su compañía aún enfrenta el reto de alcanzar el impacto comercial de OpenAI o Microsoft. Su enfoque se centra en aplicaciones prácticas y beneficios sociales, buscando evitar el uso irresponsable de la IA.
Dario Amodei
ExOpenAI, ahora CEO de Anthropic, Dario Amodei apuesta por una IA más alineada con valores humanos. Su modelo Claude busca seguridad y transparencia frente al avance descontrolado del sector. Con inversiones de Amazon y Google por más de 12 mil millones de dólares, Amodei lidera la principal alternativa ética al dominio de ChatGPT. A pesar de los avances, incluso él ha reconocido que los desarrolladores aún no comprenden del todo cómo piensan sus creaciones. “Quienes no se dedican al sector suelen sorprenderse y alarmarse al descubrir que no entendemos cómo funcionan nuestras propias creaciones de IA”, escribió Dario Amodei en un ensayo publicado en internet en abril. “Esta falta de comprensión no tiene precedentes en la historia de la tecnología”.